ÉL - Un Verano En California [US #1#]

C A P Í T U L O 9

N/A: Recomiendo leer este capítulo escuchando la canción de Taylor Swift, titulada: Love Story.

📖💕

  Justin captó toda mi atención, la que debería estar dándole a Maite, pero ver a Justin morreándose literalmente con Sophie pudo alcanzar mi estado de nervios furiosos y la desesperación consiguió quedarse con cada uno de mis órganos, si antes me salía humo de las orejas, entonces debía de estar saliéndome por los ojos.

  ¿Cómo había conseguido olvidarse tan pronto de lo que había pasado entre nosotros? Está bien, tenía novia, y entendía que tal vez, para él, ese beso no significase nada, pero sí para mí...  debería de habérselo pensado antes de haberme besado... más bien, ambos deberíamos de haberlo hecho.

  —Ali, ¿podemos irnos? —le murmuré.

  Maite, que ya sabía que no le estaba prestando atención, dejó de hablarme. Mi prima me miró, la sonrisa que tenía en la cara se le despintó en cuestión de segundos y miró hacia donde yo también lo hacía. Tragué con dificultad y reprimí mi decepción. Cuando Ali entendió la razón por la que quería salir por patas de allí, asintió con seguridad.

  —Maite, ¿nos puedes llevar a casa? ¿O te quieres quedar un rato más? —le preguntó Ali.

  Maite miró a su alrededor. Al ya haber acabado las carreras, el descampado se había ido quedando vacío y no quedaba apenas nadie nada más que nosotros, excluyendo a Justin con Sophie sobre el capó del mismo coche que antes.

  —Marchémonos, esto es un muermo y la verdad, no me apetece ver a Justin morreándose con Sophie. —vaya, ya éramos dos.

  Suspiré aliviada, sabía que si ella no aceptaba, nos tendríamos que esperar allí.

  Todas nos subimos al Volvo blanco y nos dirigimos de nuevo hacia casa. Yo estaba ausente a la conversación que mantenían. Mi cabeza solo le daba vueltas a una cosa, es más, a una persona. 

  La ciudad se presentaba ante mis ojos de la manera más hermosa. La ciudad seguía teniendo ese ambiente cálido y veraniego. Las terrazas estaban en su pleno apogeo y aún había gente bañándose en el mar. Mis ojos seguían fijos en el paraje através de la ventanilla, pero yo ya no estaba allí.

  En un par de horas habían ocurrido un montón de cosas y no podía dejar de pensar en ello. Todas mis conclusiones parecían falsas o sin sentido... quedé de lo más abrumada.

  Por un lado teníamos la carta, la dichosa carta que no me dejaría vivir mi viaje libre de preocupaciones. Llevaba buscando a alguien que comenzara por N desde que la carta llegó a mis manos y en una sola noche conocí a dos personas que comenzaban por esa letra. Por otro lado, mis ideas eran demasiado determinadas... no tenía porque ser de esa forma, pero no se me ocurría ninguna otra mejor...

  Podía ser de Noé o de Nate, era claramente, más posible que el remitente fuera este último, pero nada quedaba descartado, es más, también podía resultar no ser ninguno de ellos. Tal vez ese seudónimo era un completo juego al despiste...

  Justin... un nombre que se había vuelto un tema de lo más confuso... Me había besado con el chico al que todos califican como el que se droga o como el que compra gramos baratos, el que se bebe la mitad de vasos en el birra pong y como el que pierde los nervios con facilidad... 

  Mi primer beso con lengua... Puajjjj... sonaba asqueroso, pero... para ser sincera, nada de asqueroso había habido en ese beso, o por lo menos para mí... Yo estaba muy nerviosa, cabe la posibilidad de que se percatase de ello y pensase que no quería a una novata, claro, ni comparación tenía con la tan experimentada Sophie... otra persona, aquella que me hacía sentir inferior y por mucho que quisiese reflejar que no me importaba, si lo hacía, cada mirada de superioridad y sus críticos comentarios me afectaban, al final, era una persona (y lo sigo siendo, obvio.) y todo ser humano puede sentirse dolido con algunos comentarios.