C A P Í T U L O 27

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Recomiendo leer este capítulo escuchando la canción de James Young, titulada: Happiest Year.

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  Al día siguiente, me desperté somnolienta, parpadeé dos veces antes de poder comenzar a ver, debido a mi estado exhausto y un movimiento leve hizo que me estremeciera de dolor... me dolía la cabeza, las piernas y todo en general... me levanté y apenas pude reconocer el espacio en el que me encontraba.

Me asusté instantáneamente, ya que no tenía ni remota idea, no me acordaba de nada. Entonces, recordé que justo aquella noche, vomitaba en un andén, hasta ahí podía llegar, ni siquiera me acordaba de haberme quedado dormida o de cómo había llegado hasta allí.

Todo me parecía muy extraño, mi móvil estaba apagado... «mierda» pensé, se me quedó sin batería, estaba muerto, ni siquiera pude saber qué hora era.

Escuché unos gritos en el exterior, y mi pánico se intensificó, aunque descarté la idea de haber sido raptada, si no, estaría atada o amordazada, no era así, me podía mover libremente y a mis anchas, aún así me miré la ropa... solo vestía una camiseta larga de color verde botella, era fina y de mangas cortas, me paré a olerla con detenimiento y olía a detergente de jazmín, lo pude reconocer bastante bien, utilizaba el mismo... lo gritos continuaban y apenas entraba luz por la ventana... me dolían las piernas y me sentí más que agotada, quise alcanzar el baño, pero la curiosidad me ganó una vez más y decidí asomarme a la ventana que había en una de las paredes de la grande habitación gris.

  Era Justin... me llegaron más recuerdos, me dijo que me llevaría una botella de agua al coche y ya... ya no recordé nada más, era Justin, él y ¡Sophie! estaban hablándose a grito limpio en el jardín y pensé que, seguramente, todo el vecindario se estuviera enterando de ello. 

  Fui al baño al fin, necesitaba despejarme; me senté en el váter y apoyé mi cabeza entre mis manos y suspiré varias veces. Era espantoso sufrir aquel pesado dolor de cabeza que ya había experimentado con anterioridad, pero esta es más fuerte que la anterior... me levanté del váter como pude, me apoyé en el lavamanos y me aclaré la cara con agua fría unas siete veces por lo menos, para conseguir despejarme; no obstante, no obtuve el resultado que quería.

  —Eden, ¿estás ahí dentro? —«mierda, es Justin», me sobresalté.

  —Sí. —contesté quedándome inmóvil.

  —¿Se puede pasar? —preguntó con la oreja pegada en la puerta de madera blanca.

  —Sí, claro. —reaccioné cuánto antes pude y me sequé el agua de la cara con una toalla que había justo a mi lado.

  La puerta se abrió y apareció Justin.

  —¿Qué haces despierta? —salí del baño rodeándolo y me tumbé en la cama de nuevo, muerta de sueño. —No hace nada que te has dormido... son las seis de la madrugada, te dormiste a las cuatro.

  —No tenía ni idea de la hora... ni siquiera soy consciente de la hora a la que me dormí, lo siento. —me disculpé sin ganas de nada y me olvidé del acto que acababa de presenciar de él con Sophie, pero no tardó en mencionarlo.

ÉL - Un Verano En California  [US #1#]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora