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Después del almuerzo, la madre de SeHun se arregló apropiadamente y los llevó al centro comercial. En esa aburrida ciudad y en un día no tan soleado, era la mejor opción.

—Bueno, podemos empezar desde arriba —la señora Oh tomó su bolso para sacar el pintalabios y retocarse un poco antes de salir. —Hay que pasar desapercibidos —sugirió —La señora Choi me contó sobre los chismes que salieron del club. Esos chiquillos cotillas se lo habrán dicho a sus padres y sus padres a todo el vecindario. —la mujer soltó un sonidito de irritación antes de lanzar el pintalabios dentro de su bolso.

LuHan y SeHun asintieron, apenas escuchando a la mujer. Ambos estaban demasiado ocupados sintiendo al otro demasiado cerca, ardiendo de necesidad. La señora Oh no pareció notarlo y salió del coche arreglándose el pelo.


El lugar era enorme. LuHan sintió el aire ligeramente más caliente cuando las puertas corredizas se abrieron frente a él. El olor a pasteles recién horneados flotaba por el aire y LuHan buscó la ubicación de la pastelería. Aquel lugar estaba decorado con colores pastel y animales bebés, todo muy dulce y adorable.

LuHan rió cuando vio, justo al lado de la pastelería, un sex shop. El contraste era gracioso y algo incómodo. La madre de SeHun los guió hasta los ascensores y pulsó el número 7, el último piso. Unos ancianos subieron en el 3er piso, tomados de las manos y una bolsa de comida rápido en la mano del hombre mayor. Ellos sonrieron amablemente antes de acomodarse y seguir con su conversación.

—Hay que ir a la tienda de decoración —la señora Oh susurró —Hay unos vinilos para pared hermosos que quiero comprar para la habitación de invitados.

—Mamá, tú compras vinilos decorativos cada semana. —replicó SeHun.

—¡Por supuesto que no! —la señora Oh refunfuñó y salió del ascensor moviendo el pelo cuando las puertas de metal se abrieron.

SeHun puso la mano en la espalda baja de LuHan y lo llevó detrás de su madre. —Déjala comprar lo que quiera —le reprendió el menor con una sonrisa.

SeHun odiaba cuando querían darle una lección acerca de cómo tratar a sus padres, pero cuando LuHan se lo dijo se reprendió a sí mismo y se prometió ser comprensivo con la locura decorativa de su madre. —Lo siento —dijo después.

LuHan estiró el brazo y tocó su muñeca con suavidad, le sonrió y asintió.

—¡Ahí está! —gritó la señora Oh —¡Rápido, muchachos!

LuHan quitó la mano y se apresuró a ir detrás de ella. La señora Oh tomó su brazo y lo arrastró dentro de la tienda. A SeHun le encantó ver la interacción entre su madre y LuHan, esperaba ver aquella interacción entre ambos más seguido en el futuro. Esperaba que le dieran a LuHan antes de que su impaciencia lo llevara a hacer cosas que no debería. Solía ser muy impulsivo, y aunque a veces era bueno, muchas otras veces era malo.

Dejó que su madre y LuHan opinaran sobre los vinilos de pared mientras él paseaba por la tienda. La sección de decoración para habitaciones estaba con rebajas en unos almohadones suaves y de colores llamativos. SeHun vio a su madre y futuro novio dirigirse hacia él, así que esperó mientras miraba los almohadones con temas para niños.

—¡Oh, qué hermoso diseño! —la señora Oh se acercó y tomó un almohadón color café con un árbol sin hojas bordado al medio. —¡Perfecto para decoración de invierno!


LuHan acarició los almohadones de felpa para niños y SeHun se acercó para tomar uno. —¿Te gustan? —le preguntó.

—Son suaves —contestó a cambio.

Love Marks [HunHan]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt