Cool Guy [KookV]

Capítulo 14

El día en que JungKook y yo nos volvimos novios, definitivamente fue uno de los días más memorables de mi vida.

O mejor dicho, el sueño en el que JungKook y yo nos volvimos novios, definitivamente fue uno de los días más memorables de mi vida.

Aquella mañana desperté con el corazón agitado y el pulso acelerado, las mejillas rojizas y la esperanza de que quizá este podría ser un buen día.

JiMin me llamó aquella mañana para recordarme que me pasaría a buscar junto a YoonGi. Desde que dije que él realmente era bonito, no deja de molestarme con eso causando que termine hecho un tomate. Incluso si él no decía nada, yo terminaba de ese modo cada vez que estaba a su lado relativamente a solas. Era un alivio que JiMin fuese mi mejor amigo y confiara lo suficiente en mí, porque creo que cualquier otra persona creería que él me gusta. Pero deberían entenderme, ¡Le llamé bonito frente a todos nuestros amigos! Cuando ni siquiera eso venía al caso o a la conversación. Sin embargo y por el contrario a la lógica natural, JiMin actuaba normal y hasta solía bromear junto a YoonGi cuando éste hacía la mención del tema.

― Aún sigue en pie la propuesta del trío.

Mencionó con diversión pero con notoria seriedad mi mejor amigo. Bien, sabía que me lo estaba diciendo en serio. JiMin quería en primera, que disfrutara la vida con o sin JungKook, y decía que experimentar me haría bien. Fue entonces que me pregunté si él ya habría hecho esas cosas o sólo eran pura cháchara. Pero sabía, como buen amigo, que él tenía el trío como una meta de vida. Esas cosas que debía hacer sí o sí en su vida, como tirarse de parapente. Era curioso que ambas cosas estuviesen en la misma lista, pero así es él.

Con resignación, negué antes de ir junto a él hasta el coche estacionado en la acera y meterme en la parte trasera, mientras mi compañero se acomodaba en el asiento del copiloto junto a un ahora pelinegro YoonGi.

― Buenos días, segundo amor mío. ¿Soñaste con JungKook de nuevo anoche? ―cuestionó el mayor de los tres con tono burlón mientras encendía el coche, causando que yo pusiera los ojos en blanco.

Por lo general YoonGi me llamaba 'segundo amor de mi vida' frente a HoSeok y JungKook sólo por fastidiar, pero últimamente se le ha vuelto una costumbre. Mientras que JiMin me llamaba 'amante'. En serio, ¿qué hice para terminar juntándome con gente así?

― De hecho sí, esta vez soñé que nos volvíamos novios. Él me invitaba al jardín de su casa, donde tenía todo hermosamente decorado con un estilo "zen" y tras cenar algo que él preparó que estaba delicioso---.

― Alto, alto ahí, vaquero. ¿JungKook cocinando? ―YoonGi emitió una amplia carcajada― TaeHyung, JungKook quema un huevo hervido.

― Se dice que quema el agua, hyung.

― Eso es una frase quemada, TaeHyung, actualízate.

Solté un suspiro rendido, luego mis compañeros se distrajeron debatiendo viejos refranes y demás, y yo me quedé analizando entonces el dato que había recibido: JungKook no sabe cocinar. ¿Cuántas cosas más había que no sabía de él? Aparte de que es bueno en los deportes y malísimo en inglés.
Fue entonces que noté, que estaba viviendo un amor lleno de suposiciones e ilusiones. Porque realmente no conocía mucho más que los demás de él, y lo nuevo que sabía siempre era por JiMin, YoonGi o SeokJin. Pero, ¿qué había aprendido siquiera por cuenta propia?

Cuando llegamos al establecimiento salí sintiéndome perdido, fue como si una realidad me hubiese golpeado después de tanto tiempo. Allá a donde nos encaminábamos, estaba el dueño de mis pensamientos junto a nuestros otros tres amigos. Sus ojos se encontraron con los míos por una fracción de segundo y lo primero que atiné a hacerlo fue desviar la mirada, encontrándome con los ojitos brillantes de HoSeok... ¿Sería así como vería JungKook? De repente una sensación de malestar se instaló en mi pecho y en mi estómago, y quise llorar. Quise llorar porque odiaba saber que HoSeok se sentía como yo. Sin pensarlo demasiado, me eché contra el chico de ojos brillantes hundiendo el rostro en su pecho mientras mis brazos estrujaban con fuerza su cintura. Pude notar en principio la tensión en su cuerpo, probablemente producto de la sorpresa, y luego cómo se relajaba envolviéndome entre sus brazos.

Definitivamente tenía que hablar con él, porque no quería que viviera en la misma ilusión que yo había notado que vivía.