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Desperté con un horrible dolor de espalda, solté un quejido sobre mi sofá, la luz del sol era molesta y era precisamente la que había terminado por despertarme durante esa mañana. Me senté y estiré un poco mis brazos, soltando pequeños gemidos. De inmediato memorias sobre lo sucedido la noche anterior vinieron a mi mente, ese beso torpe por, sobre todo, era molesto.

Acaricié un poco mi cabello, las hebras resplandecían debido a la luz del sol, por un momento volví a cerrar mis ojos recordar el tacto del castaño, con anterioridad, hace mucho tiempo, el había acariciado mi cabello de una forma carente de burla y malas intenciones, en ese entonces, las cosas eran diferentes, otro tipo de relación, otro tipo de ambiente entre ambos. La noche anterior habíamos vuelto a eso, habíamos vuelto a ese tipo de atmosfera indescifrable.

Termine por ponerme en pie y prepararme algo de desayuno, dudaba que pudiese volver a dormir durante esa mañana. Consideraba que había sido una muy estúpida decisión el terminar por dormirme en el sofá.

Entre bostezos me moví en la cocina, sin hacer nada realmente, paseándome y dudando, me sentía extraño.

Pero lo peor de esa mañana no era nada de eso, era simplemente el hecho de que me encontraba inquieto, sintiendo la necesidad constante de salir de mi departamento, el sentimiento de que algo no iba bien se acrecentaba en mi pecho. Desee terminar por llamar a Dazai, solamente para asegurarme de que no hubiese cometido algo demasiado estúpido y definitivo, sin embargo, aun no tenia un teléfono celular nuevo.

Un escalofrió recorrió mi cuerpo, me estremecí un poco, había algo, me sentía como un animal al reaccionar ante el peligro, como si presintiese este.

Ahogué una risa en mi garganta, eso mientras sentía mi cuerpo entumecerse, mi corazón se aceleraba, tome las llaves de mi departamento y una manzana de mi cocina, entonces termine por marcharme.

"mierda, mierda, mierda" repetía en mi mente, en ese momento y me encontraba completamente decidido a terminar por dirigirme hacia la Port Mafia y tomar un teléfono celular nuevo de allí.

Pero no podía sentir que algo sucedía, mi cuerpo se comportaba extraño, me sentía al borde del colapso, frenético, como si me encontrase en un estado consciente de corrupción. Y eso no era bueno. No si no tenia idea de donde se encontraba Dazai, Arahabaki no podía terminar por tomar el control, tenia miedo, no podía tampoco terminar por perder el control y desbordarme de corrupción.

No podía perder el control en ese momento, no podía terminar por volverme en una bomba de tiempo en ese momento, no cuando me encontraba en una ciudad llena de personas. Debía buscar a Dazai.

Camine por la calle de forma distraída, a paso acelerado, apenas consciente de las personas que me rodeaban, había llegado al punto en que termine por golpearme contra el brazo de otra persona, de inmediato levante la vista, mientras me disculpaba, sin embargo, sentí nuevamente mi cuerpo enfriarse, la otra persona había dedicado una mirada hacia mi y había continuado con su camino, aunque esta persona se trataba de Dazai, no el que había visto la noche anterior, hablo del que poseía dieciocho años, el que aun se encontraba en la Port Mafia. Ese Dazai había aparecido frente a mi, chocado conmigo y continuado con su camino.

En mi mente sabia que eso era absurdo, una estupidez, ilógico. Pero lo había visto, y luego él se había mezclado entre las personas, continuando con su camino, ignorándome, marchándose.

"¿Dazai?" susurre, aun de pie en medio de la calle, confuso.

"es una alucinación, es solo eso, no he dormido bien" me dije a mi mismo. Aunque esa alucinación había terminado por hacerme temblar por completo, continúe caminando, mi mirada en el piso, perdido en mis pensamientos, antes de darme cuenta, ya me encontraba dejando que mis pies me guiasen sin control, para cuando levante la vista, no me encontraba en la Port Mafia.

NotaWhere stories live. Discover now