67. Planeando una boda.

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ERES MI TODO 

CAPÍTULO 67.

—Kenia Monasterio—

Decir que dormí hasta tarde es una vil mentira, la pequeña Nicole me despertó temprano porque tenía hambre, así que me tocó hacerle de comer. La miro enfadarse porque no puede morder un trozo de manzana, sus gestos son parecidos a lo de Lucas. Intento moverme, pero siento un pequeño dolor en mis partes, anoche no tuve descanso por estar con Lucas.

Recojo los platos del desayuno y los llevo a la cocina, al caminar siento una molestia. Mis amigos siguen durmiendo, lo más seguro es que tampoco hayan dormido nada.

Le hago cosquillas a mi niña y ella no deja de reír.

—¡Mami, no! —sigue riendo—. ¡Déjame!

—Ok, como la princesa diga —la miro—. ¿Nos metemos a la piscina?

—El agua está fría —sonríe.

Pues esta niña.

—Se llevan muy bien —miro a Mauricio frente a nosotras, tiene su cabello alborotado—. Eres muy hermosa, princesita —le dice a Nico.

—Lo sé —lo mira—. Eres mi tío y también eres muy guapo.

—Claro que lo soy —sonríe con cierta ternura—. Kenia, está niña habla como si fuera mayor.

—No has visto nada, querido cuñado —subo mis hombros hacia arriba—. ¿Ana sigue dormida?

—Sí, la quise despertar y me mandó una almohada.

—Era de esperarse —suspiro—. Creo que tengo flojera.

Resoplo.

—Mami, eso es malo, siempre me lo dices. Siempre me dices «mi niña, la flojera es muy mala».

—¡Toma! Dios te ha mandado a Lucas en versión femenina.

—Jum… tiene un genio esta niña, pero así la amo.

—¡Familia! —el grito de Ana se escucha por todos lados—. ¿Noche ruda?

—Ana, por favor, está la niña. No podemos hablar eso. Contrólate.

—Cálmate, amiga —me abraza y luego le da un beso a la niña.

—Mami, ¿puedo irme con mi papi?

—Claro que sí, amor.

La pequeña Nicole se baja de la silla para irse con Lucas que sigue dormido todavía, igual que todos los demás.

—¿Cuándo conocerán mis padres a la niña?

—Cuando Lucas quiera se la puede llevar, además, iré a vivir a Londres y ellos pueden verla.

—¿Qué, en serio? —Ana se levanta—. ¿Dime que es en serio que te vienes a Londres?

—Obvio sí, boba, voy para la misma universidad que ustedes.

—¡Qué emoción! —el grito de Verónica nos asusta—. Volvemos a estar todos juntos.

—¡Joder, esto es lo mejor! —Mau me abraza—. Es lo mejor que puedes hacer.

La emoción de mis amigos al saber que me cambio de universidad se puede notar a un par de kilómetros. De nuevo estaríamos todos juntos como antes. Mis amigos van despertándose hasta que estamos todos en la mesa desayunando, Lucas todavía no ha bajado, iré a su habitación a ver qué pasa. Entro y lo encuentro jugando con la niña al salón de belleza con todos mis maquillajes, no evito reír cuando veo que la niña lo ha maquillado muy mal, parece un payaso y él está muy feliz de la vida.

Eres mi todo. © [✔️]Where stories live. Discover now