Capítulo 24 "¿Qué tengo que hacer?" (Donghae)

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Capítulo 24 “¿Qué tengo que hacer?” (Donghae)

 

La verdad, tras el vuelo y las tres horas hasta el pueblo ese, estaba muy muerto. Pero ver la cara de mi Hyuk y las vistas y el aire puro de ese lugar, me hicieron sentir con fuerzas. Con fuerzas para muchas cosas. Además, estar unos días lejos de Corea y los anónimos me iría bien. Poder disfrutar de intimidad, de poder ir de la mano sin miedo a que nadie nos fotografiase y sacase en una revista o periódico sería de agradecer. Además… Desde que me preocupaba tanto ese tema y el miedo que me infundían los anónimos, había pensado mucho en mi relación con él… Es decir… Apenas habíamos avanzado. Y yo, quería mucho más de él. Quería disfrutar de todo con él, porque no sabía cuánto tiempo duraría lo nuestro. Sabía que al final lo más probable sería que nos casaríamos con una mujer… ¿Cuánto podíamos durar juntos? Ya no éramos unos críos con muchos años por delante. En un año aproximadamente o dos a lo sumo,  nos iríamos a la mili, y a volver… Al volver todo habría cambiado.

Por ello… Quería disfrutar de cada momento. Y hacer el máximo de cosas con él. Y… Para qué mentir, el sexo era una de las cosas que quería experimentar con él. Poder hacerle sentir bien… Ver que su cara de placer era por mí… Quería pasar de tan solo masturbarnos. Quería llegar hasta el final. Pero claro… ¿Querría él? Y… Había un tema importante que tratar. ¿Quién….?

Me estremecí y noté un golpecito en la espalda. Volví a la realidad y vi que tenía cara de preocupación.

-¿Estás bien?-inquirió.

-Sí. Estoy bien.

-¿Seguro?

-Ahora que estamos los dos solos…Lejos de todo… Estoy bien.-asentí sonriendo para tranquilizarle.

-Me alegro… Estoy cansado de verte con el ceño fruncido.

Le di un pico y nos sonreímos mutuamente. Ni siquiera miramos a nuestro alrededor. No hacía falta. Estábamos solos en un sitio en el que nadie nos encontraría.


Cuando entramos al primer hostal que vimos y pedimos un cuarto doble, nos trataron bien. No nos miraron raro. Y eso que íbamos de la mano. En Corea… En Corea nos habrían mirado fatal. Pero aquí, la mujer nos acompañó amablemente hasta nuestra habitación y medio por señas medio en un precario inglés, nos dijo los horarios de desayuno y esas cosas.

El cuarto era precioso. Muy rústico y acogedor. Dejamos las maletas y mientras él se daba una ducha, aproveché y me eché una cabezada. Fue apenas media hora pero me fue muy bien. Y cuando desperté me duché yo. Tras esto, fuimos a comer a un restaurante. Bueno, al único restaurante del pueblo. Nos moríamos de hambre.

-Oye Hae...

-Dime. –me limpié con la servilleta.

-¿Vas a contarme ya qué es lo que pasa? Yo… Quiero saberlo.

-No hablemos de ello ahora… Por favor. Solo quiero estar contigo. ¿Vale?

Suspiró y asintió. Sabía que no podría guardarme eso para mí mucho más tiempo. Porque terminaría enfadándose si no se lo contaba. Pero cuanto más pasara, más posibilidades tenía de prepararle para ello… O al menos… Estaría más aferrado a mí y no se rendiría por el miedo… Era una decisión egoísta y lo sabía, pero no podía permitirme perderle. Y tampoco quería que sufriera. Lo había visto fatal por la zorra… No dejaría que por mi culpa sufriese… Porque jamás me lo perdonaría.

This love is killing me (Eunhae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora