Lucas y Lidia Loud (Remake)

Poder De Persuasión

Las dos de la tarde un día domingo de febrero, Lincoln estaba en camino al supermercado, no le preocupaba mucho que la tobillera hiciera su trabajo porque menos mal quue Clyde estaba al otro lado del país, el iba solo, recién almorzado y con el suficiente dinero para comprar los víveres puestos en la lista. Al entrar al supermercado, Lincoln tomó uno de los carros y fue a los pasillos a comprar.

Pero no dejaba de sentir que algo o alguien lo estaba siguiendo. No le dió importancia y siguió con su camino, pronto después lo llamaron.

— ¿Hola?- Dijo Lincoln

— Hola cariño- Dijo Ronnie Anne al otro lado de la línea.

— Hola amor, ya estoy en el supermercado- Dijo Lincoln.

— Bien, ¿Llevaste la lista?- Dijo Ronnie Anne.

— Si, acabo de revisarla y una pregunta, ¿Para qué quieres diez barras de chocolate?- Dijo Lincoln.

— Yo no puse nada de eso, de seguro fue Lidia, ya sabes cómo es con el chocolate- Dijo Ronnie Anne.

— Igual que mis hermanas, bueno, ya tengo el jamón, la mayonesa y unas Nuka-Colas, ¿Cómo están los niños?- Dijo Lincoln.

— Ah bien, están muy bien- Dijo Ronnie Anne.

— Que bueno, solo decirte que nos vemos en la casa y que te amo- Dijo Lincoln.

— Yo también te amo- Dijo Ronnie Anne.

Ambos colgaron, era obvio decir que se amaban sin mostrar cursilerías de por medio, era algo único que fue construido a base de lágrimas, sudor y sangre. Con sus altibajos pero siempre yendo al mismo resultado, porque siempre fue obvio que iban a terminar juntos. Lincoln tomaba las cosas puestas en la lista, asimilando los precios y revisando las ofertas.

Pero entonces se encontró a alguien que no esperaba ver, o mejor dicho, lo encontraron.

— Hace tiempo que no nos vemos Lincoln Loud- Dijo una voz femenina.

Lincoln volteó la cabeza y vió a una mujer poco más baja que el, de pelo negro medianamente largo y suelto, vestía con una camiseta gris con unas palabras escritas en negro, jeans azules y zapatillas negras, tenía dos pulseras en una mano, sus ojos estaban rasgados y su piel era caucásica, en ese instante la reconoció.

— ¿Sid Chang?- Dijo Lincoln.

— Ah, me recuerdas- Dijo Sid.

— Si... No esperaba encontrarme contigo aquí- Dijo Lincoln.

— Si, que coincidencia, ¿Verdad?, ¿Cómo estás?- Dijo Sid animada

— ... Bien, gracias... ¿Y tu?- Dijo Lincoln desconfiando de la amabilidad de Sid.

— Oh, bien, vine a la ciudad por negocios y me quedaré un par de días en un hotel- Dijo Sid.

— Oh... Que bien por ti- Dijo Lincoln quien ya se sentía incómodo.

— Y... ¿Cómo está Ronnie Anne?- Dijo

— Esta bien, aunque te sigue odiando- Dijo Lincoln.

— Ah, ya veo... ¿Y tus hijos?- Dijo Sid rodando los ojos pero la pregunta la hizo más animada.

— Ellos están bien- Dijo Lincoln.

— Que loco... Ser padre a los 17, debe ser duro- Dijo Sid.

— Si, algo así- Dijo Lincoln.

— Si tan solo hubieras dejado a Ronnie Anne y te hubieras ido conmigo tal vez no sería así- Dijo Sid.

— ¿Qué?- Dijo Lincoln sorprendido.