🏮Juguemos como solíamos hacerlo, Amane🥀

6

Una vez su madre le encontró llorando, su bebé lloraba desconsoladamente por algún motivo el cual no se atrevió a revelarle.

¿Qué le harían a Tsukasa si les contaba de ls multiples veces en las que lo besó? Todas las veces en las que lo tocó con la excusa de que quería dormir con él por supuestas pesadillas, que después cuando Amane se hacía el dormido sentía las manos de su gemelo abrir su pijama para lamer su piel y en ocasiones morder sus pezones.

Eso lo hacían todos los hermanos cierto? No era raro.

Eso le dijo Tsukasa

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A los 12 años fue el comienzo del final.

Amane pensó que no le molestaría, pensó que era su vida, pensó que podría ser feliz.

Cometió un grave error y eso había sido enamorarse de una linda chica, su vida tenía dueño, se equivocó de concepto de felicidad.

Por primera vez sentía esa preciosa sensación en el estómago de tener mariposas revoloteando en tu interior, indicandote que estás enamorado, qué feliz era Amane, tener tanta suerte de sentir algo así.

Aquella chica le gustaba más que ver la luna después de llorar por los comportamientos raros de su adorado hermano.
Le gustaba más que los besos inapropiados que le proporcionaba su gemelo.
Le gustaba más que vivir.

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Ese mismo día cumplió 13 años, se podría decir que era la persona más feliz del mundo.
La persona que le gustaba estaba por confesar su amor
Que dulce sensación era la que experimentaba

Si tan solo le hubiera prestado más atención al comportamiento errático de Tsukasa ese día.

Estaba molesto, demasiado molesto, alguien le quitaba la atención de Amane, ¿acaso sus muestras de afecto no eran suficientes? ¿Por qué Amane tenía que ser tan egoísta? Nunca considero los pobres sentimientos de Tsukasa

Pero tarde se enteró del motivo

Tal vez era coincidencia que Tsukasa le estuviera buscando
No era como que todo el recreo observaba sus conductas para encontrar algún motivo por el cuál castigarlo
Su sangre se congeló al ver la escena que le atormentaría en sus más oscuras pesadillas.
No podía ser Amane el que aceptaba la carta de aquella chica, definitivamente no era él.
Su mente le fallaba quizá, Amane no podría besar a otra persona que no fuera él.
No era él.

Mientras dos personas eran llenadas de alegría por ser correspondidos sus sentimientos no se dieron cuenta de cómo alguien se les acercaba.
No se dieron cuenta hasta que Amane sintió la fuerza de alguien jalándolo y aventándolo al piso

Tenía miedo

Había intentado ser lo más discreto que pudo, sabía que Tsukasa no le perdonaría que amara a otra persona que no era él.
Su mirada reflejaba el miedo y terror profundo, pero ambos lo tenían por diferentes circunstancias.

Uno tenía miedo de perder lo único bueno en su vida, el otro tenía terror de lo que ocurriría

Notó como la chica, ahora su novia, intentaba ayudarle a pararse del sucio suelo pero Tsukasa no permitiría que alguien le tocara, no de nuevo.

Su mirada estaba perdida, no podía escuchar nada, tenía los vagos recuerdos de cómo su hermano tomaba a su novia del pelo mientras le gritaba con mucha ira e impotencia, no podía saber qué le dijo, pero por las lágrimas bajando como cascada de la cara de Tsukasa sabía que no era nada bueno.

La pobre chica salió corriendo como pudo, no tenía la fuerza para sobrellevar lo que ellos dos cargaban

Ambos eran una balanza, equilibrada con el peso ideal, ese día Tsukasa soltó todo el peso.

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En todo el día Tsukasa no le dirigió la palabra, era muy agonizante.

Como un dicho dice, el silencio dice más que mil palabras

Su silencio era aterrador, no sabías lo que ocurría dentro de su mente pero podía apostar que no era nada bueno.

Sus padres tenían demasiado trabajo pendiente, su celebración no fue más que un pastel de fresas, el favorito de Amane.
Después sus padres salieron y se quedaron solos.

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No era muy tarde pero su sueño fue interrumpido por la sensación de crema batida en sus labios.

Al abrir los ojos se encontró con Tsukasa.

Tenía sosteniendo en sus manos una rebanada del pastel, la diferencia es que estaba hecha un revoltijo, se veía asqueroso. Esa pasta era la que estaba poniendo en sus labios con una expresión desolada.
Podía ver el sudor correr por su frente, sentir sus lágrimas acumularse en sus ojos, sus labios temblar.

-¿P-puedo hablar con-.. contigo Amane Yugi?- si no estuviera al borde de un colapso eso hubiera sonado como una clara amenaza.

-Tsukasa...- se levantó de inmediato a abrazar a su gemelo, no comprendía lo que pasaba en su mente y mejor no hacerlo pero lo rompía en varios sentidos verlo así de frágil.

-Amane, t-tú sabes cuánto te amo, nunca nadie podrá igualar cuanto te amo Amane.- parece que sus hipidos se disipaban para dar vista a una expresión de furia pura.

-También te amo Tsukasa, solo a ti y nadie más-

Si no hubiera pronunciado esas palabras tal vez hubiera sido mejor.
Aunque claro, el hubiera no existe.

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Espero con mucha impaciencia que existan más historias en español de estos dos :(💔