Capítulo 6

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Maratón 2/3

Joaquín

Las cosas no habían cambiado en nada, pues después de lo acontecido con Emilio compartimos algunos besos más y me dejó libre ya por eso de las seis de la mañana.

Me encuentro con Romina preparando el desayuno ya que Vips - la madre de ellos - había salido de compras.

Me siento algo agotado por que no dormí nada ya que Romina se levantó a las ocho. De ves en cuando me mira entre cerrando los ojos por que se que sospecha que me he desvelado pues soy consciente que se me notan un montón las ojeras debajo de los ojos pero no dice nada, sigue haciendo los hot cackes como si nada y en silencio.

—Pasame un huevo —ordena mientras revuelve los ingredientes que ha vertido en una taza algo grande y yo me apresuró a hacer lo que me dijo —Estas muy callado —le sonrió en respuesta—. Dime ¿veras a Roy hoy?

—Vendrá por mi —deja la taza en la isla y se rasca la frente.

—Mira Joaquín, se que es tu relación pero últimamente compartes más problemas que amor con él, no me gusta la manera en que te trata, primero te empuja y te regala una rosa, luego te grita y te lo recompensa comprandote una pizza, sin contar que no te deja ni respirar.

—Romí no te preocupes, de verdad estoy bien.

—Me niego a creer eso, todo está menos que bien.

—Dejalo por favor, aparte hoy cumplimos meses —y es cierto, Roy tiene planeado llevarme a algún lugar especial pero no quiero ir lejos pero según él, la ocasión lo amerita y a mi se me revuelve el estómago de solo pensarlo.

—Joaquín solo piensa...

—¡Wolaaaa! —se escucha un grito que solo puede ser de alguien, Emilio. Me pongo nervioso pues se que esta a mis espaldas, y soy consciente de que llevo puesto un pantalón ajustado negro que resalta sin vergüenza alguna mi trasero.

—Toma asiento, Joaquín y yo casi tenemos listo el desayuno —Romí lo mira sobre mi hombro mientras le regala una sonrisa, yo sigo sin mirarlo por que me siento bastante abochornado ante la situación.

Las imágenes de ayer llegan a mi mente, sus manos en mi cintura, sus besos en mi cuello, el agarre en mis caderas, Dios.

—Pon la mesa Joa —miró a Romina con una expresión de asombro pues usa el apodo que Emilio uso conmigo.

Con manos temblorosas tomó la jarra de jugo y la coloco en la mesa sin mirarlo pero puedo sentir sus ojos atravesandome como cuchillos.

—Hola —susurra con un tono dulce que me hace sonrojar de inmediato—. ¿Dormiste bien?

—Si —contestó tímidamente y él suelta una risita traviesa.

—Yo no deje de pensar en ti.

—Basta Emi.

—Vamos al cine hoy, yo invito.

—No puedo —siento una punzada en el corazón por que tendré que decirle el motivo.

—¿Por qu-

—¡A desayunar! —grita Romí alargando la "a" y coloca el plato de hot cackes pero Emilio no deja de mirarme.

—Joaquín anda, que tendrás que irte —muerdo mi labio, gracias Romina.

—¿Irse? Pensé que te quedarías —puedo notar la expresión dolida en su rostro esperando mi respuesta.

—Hoy cumple meses con Roberto Emi —Romí trata de utilizar un tono gentil pero aún así no funciona.

—Felicidades —me regala una sonrisa falsa y toma tres pedazos del desyuno —Me ayudaras con mi tarea Romina, no lo olvides y no me esperes a la hora de comida —anuncia mientras se dirige a fuera de la casa—. Cierra con seguro todo.

—Ahora vuelvo —comienzo a seguirlo antes de que se salga por completo y noto que ya no está así que me apresuró más mientras abro la puerta, no tardo mucho en visualizarlo mientras atraviesa el jardín. —¡Emilio!

Detiene su paso para luego girar sobre sí y mirarme: —¿Qué?

—Puedo explicarlo.

—No tienes que.

—Por favor —mis ojos comienzan a cristalizarse y se acerca a pasos lentos hacia mi, yo imitó su acción.

—Estaba dispuesto a un amor secreto pero no accediste a eso así que por favor dejame sobre llevar el dolor a mi manera.

—No quiero que sufras Emi —tomo su carita entre mis manos y unas lágrimas descienden por sus hermosas mejillas.

—Deja de decir eso por que sales con algo nuevo que me hace sentir una mierda.

—Yo soy una mierda.

—No.

—Si.

—Entonces eres una mierda que me gusta mucho.

Estalló en una carcajada y el se ríe sin ganas.

—Corta con Roberto.

—Enserio que no puedo Emi.

—¿Por qué?

—Mi madre no me lo permite.

—Quiero escuchar eso.

Emilio me brinda la seguridad que necesito en estos momentos, me hace sentir protegido por que se que es la única persona aparte de Romina que me quiere con sinceridad, y se que llego el momento de explicarle todo lo que esta ocurriendo a mi alrededor para que de una buena vez se aleje de mi.

Para que de una vez se de cuenta que no soy como él piensa.

Que tengo un oscuro pasado.

Secretos que he guardado.

Que no soy perfecto.

—Te lo contaré solo si prometes que aún así no te iras de mi lado —su semblante cambia a uno radicalmente serio pues mi tono de voz ha salido con mas inseguridad de la debida.

—¿Es malo bebé? —busca respuestas en mis ojos pero yo niego con la cabeza—. Me asuste por un momento príncipe.

—No es nada grave —sonrió—. Pero debes saberlo.

—¿Y me dejaras amarte?

Silencio.

Lo pienso mucho.

Por qué lo quiero.

Por qué siempre lo he querido.

Así que si, ¿Por qué no?

—Si...

Emilio explota en risas, me carga en sus brazos dando vueltas sin parar y yo puedo sentir que el mundo está a nuestros pies.

—Esto una promesa y las promesas no se rompen Bondoni así que ¿Por la garrita?

Me rio por que parece un bebé pero lo entiendo, así que me dejo llevar y disfrutar de esto.

—Por la garrita.

Sonríe y me toma por sorpresa besándome desesperadamente, y yo me aferro a sus rizos que comienzan a crear una especie de adición en mi.

¿Do you think he's in love with you? [Emiliaco] Where stories live. Discover now