trí (3)

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Hinata se encontraba en el suelo y con toda los muebles fuera de su sitio. No había ni un solo conector para su teléfono. Era lo ultimo que le faltaba. Al menos el tal Naruto se había dignado a llevarle algo de cenar. Y le había dejado claro que todos los daños causados estarían a su cuenta.

No es que no fuera a pagarlos, pero estaba comenzado a pensar que todo aquello se estaba convirtiendo en una pesadilla.

Lo mejor sería tratar de dormir y olvidar aquel terrible día. En la mañana tendría que preocuparse por quien la llevaría.

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–Lo se amor, pero se suponía que se trataba de una sorpresa. No podía decírtelo. También me alegra escucharte, trataré de llegar esta misma tarde, adiós.

Hinata colgó la llamada y suspiro. No es que le agradara la idea pero al menos había convencido a Naruto para que la llevara hasta Dublín. Por una buena suma cantidad de dinero claro... no sabía que lo había convencido, pero no le interesaba averiguarlo.

Salió del local con maleta en mano y casi infarta cuando se encuentra con Naruto recostado de un auto muy viejo.

–Dime que no iremos en esa cosa.

Naruto le dedicó una radiante sonrisa.

–Tu que crees.

Hinata gruñó y se acercó al carro. Era un modelo muy viejo al que ni siquiera le reconocía la marca.

–Hmm, Hmm... ¿me ayudas?

Naruto gruño por lo bajo y fue hasta la cajuela y colocó el equipaje de Hinata.

Ambos comenzaron el viaje de camino a Dublín. Naruto había escogido la musica del viaje y Hinata no podía sentirse más incómoda.

–Y dígame chica Bob, ¿por que estás tan desesperada por llegar a Dublín? No es que sea la ciudad más bonita.

–Voy a encontrarme con mi novio allí. Es un cardiólogo muy prestigioso. Vino para una conferencia de salud. Se que suena algo alocado pero vine aprovechar la tradición de año bisiesto y le
Propondré matrimonio. Al principio pensé que era una idea loca pero ahora estoy segura que es lo correcto.

Hinata comenzó a reír y Naruto junto con ella. Solo que la risa de Naruto no parecía ser de felicidad, si no más bien de burla.

–Es la cosa más estupida que he oído en mi vida. Lo siento, pero si un hombre no quiere casarse contigo simplemente no quiere, así de sencillo.

Aquello irritó a Hinata en sobremanera. Así que tomó el disco que estaba sonando y lo lanzó por la ventana.

–¡Oye! Como te atreves.

Naruto paro el auto y salió corriendo en busca de su disco. Maldito fuera por pensar que era hermosa y atractiva.
¡Era una loca!

–Eso pasa cuando dices las palabras incorrectas.

–La música es algo sagrado, si vuelvas a tocar algo más de mi carro tendrás que irte caminado.

Hinata también se había bajado del auto y comenzó a discutirle por el
Insulto que él le había hecho primero. Claro que Toneri quería casarse. Solo necesitaba un empujón.

–¡Vaya empujón que le darás!

Había gritado Naruto con sorna. Aquella mujer lo sacaba de quicio.

En ese instante Hinata intentó apoyarse del auto para no perder el equilibrio. Usar tacones caros tenían su precio.

Pero no se percató y al carro comenzó a bajar la cuesta pro su cuenta.

Año BisiestoKde žijí příběhy. Začni objevovat