ceathair (4)

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¡Estaba a punto de perder su tren!

Intento correr tan rápido como pudo, pero había comenzado a llover y correr colina abajo no era tan fácil con el suelo resbaladizo. Se había quitado los zapatos para acelerar El Paso, sin embargo sentía que no iba a lograrlo.

Todo por hacerle caso a aquel hombre. Que aunque la había cautivado por unos segundos y había provocado que le temblarás las piernas a la idea de que iba a besarla. Pero en aquellos momentos lo único que quería era proporcionarle una buena cachetada.

Hinata no se percató por dónde iba, y con un tropezón, terminó rodando colina abajo. La tierrra se había convertido en lodo.

Naruto que se había quedado atrás soltó una Maldición mientras se llevaba las manos al la cabeza. Luego continuó descendiendo por la colina hasta alcanzarla.

Hinata había aterrizado sobre un charco de lodo.

Naruto intento tenderle la mano para ayudarla pero Hinata la rechazó inmediatamente.

El tren se había ido. Y con el, las esperanzas de llegar a Dublín esa misma tarde.

El señor encargado de la boletería les ofreció estadía en su humilde casa hasta el día siguiente.

~~~~~~~~~~~~***~~~~~~~~~~~~

–Está es mi esposa, la señora Sarutobi– había presentado el señor Hiruzen al llegar a su casa.

–Oh por Dios Hiruzen, míralos. Están hecho un desastre. Vengan cariño los llevaré a su cuarto– la señora de algunos sesenta años comenzó a guiarlos por estrecho pasillo  mientras seguía la cháchara.– Y por eso le dije a Hiruzen que esa pareja que quería quedarse hace dos días, que no estaban casados, ¿pueden creerlo? No permitiré una pareja pecadora y promiscua que no estén entrelazados por el matrimonio quedarse en mi casa.

Luego se detuvo frente a una puerta y les sonrió antes de decir.

–Y ustedes, cuando tiempo llevan de casados.

–Tres años

–Cuatro años

Habían respondió al unísono.

–Cariño– se apresuró a aclarar Naruto.– Recuerda que esta semana cumpliremos cuatro.

Hinata disimulo su rabia con una sonrisa fingida.

–Tienes razón amor.

Diciendo esto Naruto la tomó del mentón cariñosamente y le sonrió. Disfrutaba sacarla de quicio.

–Tan olvidadiza que eres a veces.

–Oh...– suspiro la señora Sarutobi.– son tan tiernos.– y después de una breve pausa abrió la puerta.– Esta será su habitación. Prepare un estofado de cerdo para la
Cena.

Antes de que la señora Sarutobi se marchara Naruto se apresuró a la puerta.

–Señora Sarutobi, ya que usted el señor se han tomado la molestia de acogernos, para mi y mi querida esposa sería un honor ayudarlos con la cena.

–Oh si por su puesto, mi adorado esposo es chef. – se apresuró a advertir Hinata.

Naruto se quedó mirándola unos segundos notando el brillo de complicidad en sus ojos. No pudo evitar sentir una punzada en lo más profundo de corazón. Algo cálido que no lograba describir, o que no quería describir.

–Perfecto, estoy agradecida. Oh también vendrán unos vecinos. Ahora tomen un baño. Deben limpiarse.

Y con una mirada pícara la señora Sarutobi se marchó.

Año BisiestoWhere stories live. Discover now