-epílogo.

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Dos meses pasaron demasiado rápido, Robyn seguía grabando el nombre de Ashton en las grises paredes.

Llevaba ahí ocho semanas, y todos los días escribía dos veces en las paredes de la prisión “lo siento, ashton”porque una no era suficiente.

La memoria de Robyn no era buena, pero recordaba cada una de las cosas que pasaron aquel miércoles.

Un día antes, Ashton tiró todos sus cigarros, y se quedó con su encendedor, no sabia porque, era un poco iluso para la mente de Robyn.

Ella necesitaba sentir dolor, no le gustaba, pero lo necesitaba. Necesitaba sentir agonía y quería torturarse. Los pensamientos que estaba teniendo y la noche tormentosa no ayudaban. Los oscuros pensamientos se escondían en lo más profundo de su mente y en las noches salían. Y a Robyn no le gustaban.

Así que se levantó. Se puso los zapatos y dejó la casa. Su madre no estaba así que no se preocupó en poder despertarla.

Durante su camino al departamento de Ashton, Robyn no dejó de morder su labio hasta que sangró, entonces empezó a rasguñarse las mejillas hasta que estuvieron marcadas.

No le importaba la lluvia y su profundo olor, ni como sus mejillas ardían. Robyn seguía caminando.

Se detuvo en el edificio donde vivía Ashton, y sin pensarlo dos veces, entró. Llegó a su puerta y empezó a tocar. Ashton abrió.

Parecía que estaba despierto y estaba usando unos lindos lentes. Su cabello estaba muy revuelto y su aliento olía a café.

El casi susurró un “oh, hola robyn, ¿todo esta bien?”

Pero Robyn no pudo contener su enojo por menos de dos segundos y entonces lo hizo, atacó a Ashton.

Había un candelabro cerca de la puerta así que lo tomó y empezó a golpear la espalda de Ashton.

El gritó. Trató de hablar pero no sabia que decir. Robyn iba a golpear su cabeza cuando su compañero de cuarto salió advirtiendo que ya había llamado a la policía y separando a Robyn de Ashton.

Su compañero de cuarto hizo unas llamadas mientras Ashton estaba tirado en el suelo de madera. Robyn empezó a llorar.

A este punto ustedes creerán que Ashton esta muerto. Pero no. Le rogó a su compañero que no pusiera cargos contra Robyn pero este lo hizo sin pensarlo un segundo.

El estaba en un muy mal estado pero ese no es el punto aquí, el punto aquí es que TODOS ustedes deberían aprender algo de lo que leyeron.

Necesitan aprender que esto ocurre en la vida real, estos son síntomas de muchas enfermedades mentales. Esta historia (y las demás) se hicieron para hacerlos entender como viven día a día las personas que están luchando con estas enfermedades que los detienen de hacer miles de cosas.

Mientras Robyn grababa el nombre de Ashton en esas grises paredes, Ashton se quedaba despierto hasta las seis de la mañana, no comía, renunció a su trabajo, no se bañaba, no hacia nada.

Robyn dejó rastros permanentes que llevaron a absolutamente nada en la mente de Ashton y el problema es, que el no podía hacer nada al respecto. Estaba desesperado pero no podía hacer nada.

Seis meses después, Robyn pudo dejar la prisión. No quería recordar a Ashton, quería empezar de cero. Total, todo esto fue culpa de Ashton.

Pero un mes y seis días después de haber dejado la prisión, fue a la librería. No esperaba que Ashton estuviera ahí y no estaba. Escogió unos libros y los pagó con el dinero que su madre le había dado unos días antes, luego salió de la librería.

Mientras Robyn hacia eso, Ashton tenía que pasar a la librería por unos libros para el hermano de su compañero. Su compañero lo iba a hacer pero desafortunadamente estaba enfermo. Bueno, afortunadamente. Ya que si su compañero no se hubiera enfermado, Robyn y Ashton no se hubieran podido cruzar en el camino.

Cuándo Robyn salió, fue al bote de basura a tirar su botella de agua. Ashton estaba en su auto. El la vio.

El la siguió mirando mientras ella caminaba en la dirección contraria. Rápidamente salió de su auto y corrió hacia ella. Esperaba que fuera ella.

Cuando la alcanzó la tomó de la muñeca, ella dejó salir un quejido y se volteó.

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desorden obsesivo compulsivo ☹ a.iWhere stories live. Discover now