CAPÍTULO II

1.8K 129 8
                                    


POV ALBA

El salto a la fama después de la salida de la academia de Operación Triunfo parecía no haberme costado tanto. Pero siempre he sido muy creyente del Karma y efectivamente, las consecuencias estaban viniendo todas de golpe.

Me había decidido a terminar la carrera después de haber acabado los bolos con mis compañeros, sacar mi primer disco y tras toda la promoción empezar la gira. Intentar compaginar fama y vida normal era un tipo de magia ocultista que sólo podía realizar Hannah Montanah.

Me encontraba frente a mi escritorio, con una montaña de papeles repletos de dibujos y esquemas a un lado, acuarelas, lápices y rotuladores desperdigados por el otro y justo delante el ordenador, tratando de escribir sobre el tema estrella del mes de Marzo: el feminismo en el arte.

A pesar de ser algo que me gustaba bastante y a lo que había dedicado mi adolescencia y vida en general, mi motivación para ello brillaba por su ausencia.

La noche anterior había dado un conciertazo en Elche, mi ciudad natal, que había disfrutado como una enana. Pero los días de promoción estaban próximos y no me sentía con fuerza para llevarlo todo por delante, eso sumado a que había intentado asistir a alguna clase en la facultad y había acabado siendo casi imposible. Durante el momento en el que me encontraba dentro, escuchando al profesor y cogiendo apuntes como una alumna cualquiera, el resto, a pesar de que casi no podían dejar de mirarme, cuchichear o cualquier cosa por el estilo trataban de comportarse como personas normales.

Todo acababa en cuanto sonaba el timbre de final de clase, que salían escopeteados y me esperaban para acompañarme por los pasillos y atosigarme a preguntas, fotos y autógrafos de camino a la puerta. Una vez en el coche en dirección a casa suspiraba de tal forma que mi chófer pensaba que me iba a desinflar cualquier día de estos.

Me había decidido a escribir sobre una mujer artista que me había cautivado desde el momento uno, justo cuando noté la vibración de mi móvil encima de la cama. Apunté su nombre rápidamente y pegué un saltito en dirección a contestar a quien estuviese llamándome. Una sonrisa se instauró en mi cara nada más ver el desastroso selfie que tenía para mi mejor amigo cuando me llamaba.


-¿Aló? -contesté toda digna-.

-¿Con papa? -fruncí el ceño sin entender del todo lo que intentaba decirme-.

-¿Qué?

-¿Aló con papa? -dijo esta vez, entonando un acento penoso y vágamente reconocible como asiático-.

-Eres idiota Toni. -froté mi frente suavemente justo antes de decidirme a ir al grano, por muy pocas ganas que tuviese, tenía cosas que hacer-. ¿Que querías, pesao?

-Mira chata, a tus amigos no se les trata así cuando van en tu rescate.

-¿Rescate de qué, idiota? -sonreí, esperando una respuesta probablemente disparatada-.

-¿Estás haciendo algo right now? -lo escuchaba teclear en el ordenador-.

-Un trabajo sobre Marina Abramovic. ¿porrr qué?

-¿Y esta tarde noche tipo... 20-20:30?

-En principio nada, soy toda tuya, baby.

-Genial, pues te recojo a las ocho. -lo escuché hacer un sonidito con la garganta, seguramente pensando-. Coje bikini o bañador, lo que más te guste.

-¿Bikini para qué?

-Nos vamos de spa, chata, necesitas relajarte y echar fuera toda esa mala vibra, no te soporto de furby estreado.

Continento.Where stories live. Discover now