Continento.

CAPÍTULO IX

POV NATALIA

Me temblaban las manos conforme iba deslizando los dedos por el fino lazo a modo de cierre que la rodeaba en forma de cruz, deshice el pequeño nudo y lo aparté despacio, no por que no tuviese ganas de ver lo que había dentro, me moria por saber que escondía la caja misteriosa de Continento, era sólo que me daba un miedo horrible volver a caer en la misma mierda de antes. En confiar otra vez y que me diese otro palo. Ahora que estaba casi a punto de olvidarla (o eso decía yo) me enviaba un regalo.

Suspire, Marta me observaba desde el lado con cara de circunstancia y viéndose venir el mismo chocazo que yo. Relamí mis labios y cerré los ojos mientras acariciaba los bordes de la tapa justo antes de abrirla, palpando para dejar la tapadera a un lado y aún sin abrir los ojos oí como mi compañera retenía el aire en sus pulmones, lo que hizo que mirase de golpe.

Había un sobre con mi nombre, una cajita de regalo pequeñita y preciosa de mi color favorito y un montón de plumitas de colores a modo de protección para el paquete.

-¿Qué abro primero?- miré a Marta, que se encogía de hombros con la misma cara expectante que yo-. El sobre.

Decidí mientras lo cogía,buscando un cuchillo para no cargarme la solapa, lo abrí con el mismo cuidado que el resto, estaba bien regordito y era un poco más grande que los normales, dentro había una especie de sobrecito alargado y rectangular y una carta escrita a máquina, la leí en voz alta:

                                            ..............................................................

Para mi escritora favorita:

Seguramente estarás sorprendida de recibir esto que tienes entre las manos,

por favor, no preguntes cómo sé donde vives. Soy consciente de que

estás, o estabas muy enfadada, ojalá ya no lo estés y tengas la mente

lo suficientemente abierta como para considerar el plan que estoy a punto

de proponerte. Primero y ante todo, me parece justo pedirte disculpas.

No te merecías lo que pasó, no merecías que no apareciese y mucho menos

no merecías que no te diese una explicación... pero aquí va de todas formas:

A veces, sólo a veces, las cosas son un poco más complicadas

de lo que pueden parecer para una persona que ve la vida de

otra desde fuera y en este caso, creo que puedo presumir de que

mi situación no era la mas idónea para conocerte aquel día. Sé

que si no te digo el por qué no llegarás a entenderlo nunca, pero

precisamente por eso estoy haciendo todo esto, para que puedas

entenderlo y ojalá también perdonarme.

En el sobre encontrarás dos cosas, un viaje válido para avión el próximo

miércoles, de ida a Pamplona y la vuelta abierta para que puedas volver

a Sevilla cuando quieras. Me gustaría poder regalarte el ver a tu familia,

siempre me decías lo mucho que los echabas de menos y que, como los