𝑫𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓𝒐𝒖𝒔 𝒄𝒐𝒏𝒇𝒆𝒔𝒔𝒊𝒐𝒏 pt.1

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- Amanda...-La llamó usando un tono serio pero poco profesional. Estaban a solas en su oficina y no había casi personal de trabajo en la empresa; era tarde.- ¿Tienes algo que hacer hoy en la noche? - La castaña negó suavemente dejando escapar un rastro de duda en su mirada. - Bien. Comerás conmigo. - Parecía más una orden que una invitación, trató de suavizarlo con una pequeña sonrisa.

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Si ignoramos el momento en el que JeonGguk concentró su mirada en el escote de Amanda a través del espejo cuando estaban en el ascensor... Se podría decir, que no había pasado nada en el trayecto desde el abandono de las oficinas hasta que él le abrió la puerta del coche para que subiera.
Condujo hasta su restaurant favorito. Nunca había llevado a ninguna de sus citas ahí, de hecho eran pocas a las que llevaba a cenar. Era un hombre bastante directo -casi siempre-. Por una parte, Amanda no estaba sorprendida. Él a veces la invitaba a cenar los fines de semana, sin embargo, nunca lo hacía así de repente, por lo general tenía la costumbre de informarle con tiempo.

La ayudó a acomodarse en su silla y de inmediato se acercó el hostess a decir que en seguida los atenderían. Cabe destacar que el hombre, ya estaba acostumbrado a ver a JeonGguk.

Y así fue. Apareció el mesero. Al cual Gguk le pidió lo de siempre; su preciado Bibimbap. La castaña lo miró con la misma cara de asombro de siempre y pidió un Bulgogi sin arroz.

-¿Cómo puedes comer tanto?

- Sabes perfectamente que no me gusta dormir con el estómago vacío y hoy realmente tengo mucha hambre.- Amanda rodó los ojos con un toque de diversión.

Una vez estuvo la comida sobre la mesa, se dedicaron a disfrutar de uno de los mejores placeres de este mundo: comer.

JeonGguk, cada vez que le daba un beso a su copa de vino, miraba por sobre el borde de la misma, como la castaña acercaba un trozo de carne a sus labios, poniéndolo dentro de su boca y rozando sus labios con el tenedor. Algo de lo que siempre se percató cuando cenaba con ella, es que, su labial rojo nunca dejaba rastro sobre donde posara su boca. Para él, cuando las chicas dejaban la huella rojiza sobre una taza blanca de té, un cubierto, una copa... era malditamente desagradable.

Pero absolutamente nada lo era en Amanda. Ella cumplía con todos los requisitos para ser nombrada un verdadera lady. Ella era perfecta. Amable cómo ninguna, paciente, respetuosa, para nada cotilla y con una capacidad cerebral fantástica. Ella era hermosa, cada parte de su ser lo era. De ésto último, Jeon no tenía dudas, pero era jodido estar teniendo que imaginárselo. Debía comprobar si cada centímetro de su cuerpo era tan perfecto como su mente lo pintaba.

La castaña de ves en cuando, le daba un vistazo su señor jefe. El cuál parecía una magnífica obra de arte, una escultura, esculpido por las finas y gloriosas manos de los mismísimos dioses de la antigua Grecia.

[•••]

Después de cenar, había llegado el momento de hacer la maravillosa confesión.

Jeon había estado mucho tiempo pensando ello. Le ha costado mucho trabajo tomar esa decisión, por eso después de que terminaron de comer, había pedido dos tragos dobles de un delicioso Jack daniel's. Los dos tragos para él; la castaña no bebía.

-JeonGguk. Aún debés conducir.- Lo regañó.

-Tranquila...- Alargó la palabra con algo de gracia. Carraspeó su garganta, acomodó su voz y prosiguió serio.- Amanda. Tengo que decirte algo... importante.

La menor frunció el entrecejo.

JeonGguk también lo hizo, pero fue cuando escuchó el molesto, inoportuno tono de llamada.

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Siento haber tardado tanto :/

Espero que les esté gustando :)

Muchas gracias a lxs que han leído, votado y comentado hasta ahora

With luv <3

𝐌𝐫.𝐉𝐄𝐎𝐍 J.JK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora