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Mikey!– Gerard dio un grito agudo, aunque éste no pudo darse cuenta de esto. Su hermano menor bajó por las escaleras con su mochila en la espalda y lo miró incrédulo.

El pelirrojo agarró el desayuno de su hermano y se lo dio mientras iba hacia la puerta, dándole a entender que tenía que comer en el camino, puesto que no tenían tiempo.

El rubio no dijo nada y lo siguió mientras comenzaba a comer del pan tostado que le había dado Gerard.

Por otra parte, Frank caminaba por la vereda de su casa, recto hacia la escuela. En un par de minutos, puso divisar su escuela, y también al pelirrojo con el rubio llegando.

El castaño mordió uno de sus labios, sin saber qué hacer o si debía acercarse. Y al parecer Gerard leyó su mente, puesto que lo miró, le sonrió y se acercó, dejando que Michael se adentrar en la escuela sólo.

Hola, Gerard.– Lo saludo con una sonrisa en sus labios, el contrario no dijo nada y lo tomó de una de sus manos, llevándolo por los pasillos de la escuela a su ritmo.

Frank a veces se tropezaba, pero volvía a levantarse y Gerard le pedía disculpas, yendo un poco más lento, aunque luego de unos segundos aumentaba la velocidad de nuevo.

Llegaron al salón de la primera clase de Gerard, donde éste dejó su mochila y salieron de nuevo. Esta vez caminaron hacía el salón de Frank, dejaron su mochila y partieron de nuevo.

El avellana estaba confuso, bastante a decir verdad, y preguntaba cada segundo a Gerard: "¿A dónde vamos?", sin recibir respuesta alguna.

Luego de que tocaron el timbre, dando a entender que todos los estudiante debían ir a sus salones correspondientes, se detuvieron en una de las murallas de la escuela, que frente a esta había un pequeño campo de pasto, y luego había otra muralla.

Gerard se sentó y suspiró, Frank seguía igual de confuso que cuando Gerard estaba en plena lluvia todo mojado, aquel día en que lo besó.

El pelirrojo aún no le soltaba la mano a Frank, lo que le dio a entender que obviamente no quería que se fuera, así que se sentó a su lado y miró al frente, buscando respuestas a las preguntas que se hacía y se había hecho en el transcurso del camino.

Sí hay algo importante que tengo que decirte.– Comenzó diciendo Way, en un tono bajo y relajado.

Pero no quiero. Me dejarás... Y no quiero que me dejes.– Gerard jugó con los dedos de Frank, sin tatuajes en estos ni alguna imperfección.

Frank abrió la boca para decir algo, algo como: "Sea lo que sea, te aseguro que no te dejaré.", pero no le dio el tiempo y Gerard lo besó.

Lo besó sin importarle si alguien los veía.

Lo besó como la primera vez que lo había besado.

Y lo besó, sólo para sentir esos labios, de los cuales, aunque solo los hubiera besado una vez, estaba obsesionado.

Frank tomó entre sus dedos el cabello de Gerard y profundizó el beso. Había olvidado por completo las palabras de Gerard, se centraba en el beso y en nada más que eso.

A ninguno de los dos les importó si alguien los veía.

Lo que contaba era que se amaban, sin importar género.

¡Gee! | FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora