Cap. 84 Malteadas locas

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En el inframundo...

Estrella: Muy bien, un demonio para pintar suena algo sencillo —dijo tomando flores de margaritas del jardín infernal, que estaba justo al lado del lago en donde Rhina y Celena estaban hace unos minutos.

De repente, una voz extraña comienza a hablar con ella.

???: Hola.

Estrella: ¿Ah? —voltea a todos los lados— ¿Quién está allí?

???: Soy yo —dijo saliendo de su escondite— Soy Miss Rabiela.

Estrella: Oh, buenas tardes reina —dijo haciendo una reverencia.

Miss Rabiela: Veo que estás consiguiendo lo que te pedí.

Estrella: Sí, estoy tomando las margaritas de este jardín. Espero que no te moleste.

Miss Rabiela: De ninguna manera, es para algo bueno. Además, no tiene mucho que tu madre y tu abuela llegaron al inframundo a tomar la flor eterna de tu abuelo.

Estrella: Ya veo —dijo mirando más allá el lago— Mamá me había hablado sobre esto cuando era pequeña, nunca pude venir porque tenía miedo, así que comencé a pintar para distraerme.

Miss Rabiela: Oh, las Butterfly, son tan frágiles que la cosa que marque su vida marcará su manera de gobernar. No te ofendas, así le pasó a tu madre por no comunicarse bien con Rhina.

Estrella: Lo sé, pero eso ya tiene tiempo —dijo tranquila, ella no le tomó importancia al comentario de Miss Rabiela, pues también tenía razón.

Miss Rabiela: Sí. ¿Por qué no llegaste con tu hija?

Estrella: Comet me dijo que iría sola. Confío en ella.

Miss Rabiela: Está bien...

Estrella terminó de tomar las margaritas y le dijo a Miss Rabiela:

Estrella: ¿Qué tal si te pinto a ti? Sería un buen retrato de usted.

Miss Rabiela: Por supuesto, ¿dónde me pongo? —preguntó algo emocionada.

Estrella: En este rosal —dijo apuntando un rosal de rosas infernales— No tiene espinas, conozco estas rosas desde siempre. También tengo entendido que aunque salen llamas de estas, a ustedes los demonios no les hace daño.

Miss Rabiela: Exacto —dijo sentándose al lado del rosal — A mi hijo Tomas le encantaba llegar a tomar una rosa de aquí y dársela a la princesa Star, eran su rosa de la suerte.

Estrella: ¿Para los dos? —dijo amablemente.

Miss Rabiela: Sí... —miró al suelo— Me hubiera gustado que terminaran juntos.

Estrella: No preguntaré exactamente qué pasó porque no me gusta meterme en las cosas de mi bisnieta pero, lo único que te puedo decir es que tu hijo puede encontrar a su verdadero amor algún día. Como Janna, que en realidad, ella es su amor en el futuro.

Miss Rabiela: Sí, lo sé.

Estrella: Aunque no le haya ido bien en el futuro, su hija Janeth, tomó una decisión importante para salvar el futuro de sus padres. Por eso estoy aquí —dijo sonriendo.

Miss Rabiela: Lo sé. Y gracias por comprender eso.

Estrella: De nada —dijo mientras comenzaba a pintar a la reina del inframundo.

•Un sueño y nada más• [STARCO]Where stories live. Discover now