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-¡Adiós, má!-se despidió la muchacha, agitando su mano mientras cerraba la puerta después de haber visto cómo su dulce madre se despedía de ella.

-¿Y tu padre?-preguntó la mujer que la esperaba, dándole un gran susto a la muchacha, que no se esperaba ver a la que llamaba tía frente a sus narices.

-¡Qué susto, tía SunMi!-suspiró, mas dejó escapar una risilla que contagió a SunMi.

Así es. Tanto SunMi como NamJoon, JiMin, TaeHyung, EunJi, SoYeon, YoonGi, HoSeok y SeokJin, habían logrado establecer, aunque fuera por pocos períodos de tiempo, una vida en la Tierra, donde tuvieron la oportunidad de relacionarse con aquellos dos chicos que una vez convivieron junto a ellos en el Infierno y el Cielo.

Aunque...Ni la actual YoungMi, ni el actual JeongGuk, sabían de la existencia del otro. Y eso era algo en lo que sus "tíos y primos", trabajaban.

Y sí, aunque les doliera ya no ser llamados por sus originales apodos de madre o hermanos, en el caso de los que realmente lo fueron, debían acostumbrarse a la idea de que YangMi y JungKook ya no estaban, y sus almas y cuerpos coincidían a la perfección con los de YoungMi y JeongGuk.

-Papá está con la abuela en el hospital. Ya sabes, chequeos médicos-se encogió de hombros, pero se lanzó a los brazos de SunMi para abrazarla con fuerza-¿Y eso tú por aquí?-sonrió.

-Vinimos a buscarte para llevarte a las clases de esgrima-le devolvió la sonrisa.

-¿¡El tío Nam y el primo JiMin están contigo!?-chilló emocionada.

Tal vez no los recordaba, pero les seguía teniendo el mismo cariño.

SunMi se limitó a asentir y abrirle la puerta trasera del auto.

-¡YoungYoung!-sonrió JiMin, lanzándose a los brazos de la chica.

-¡ChimChim!

-¿Y para mí no hay saludo, pequeño piojo?

-¡Claro que sí, NamDios!-rió, acercándose al asiento del conductor para abrazarlo, llamándolo por el apodo que desde hacía años le había puesto debido a que, todo lo que NamJoon tocara, se rompía, o al menos casi todo.

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Por otro lado, en un auto donde no cabía una persona más, un chico, sus tíos y prima se dirigían hacia el salón donde el menor del grupo recibía clases de esgrima.

Sin embargo, el camino se tornaba muy animado, pues iban cantando con bastante entusiasmo.

-¡La cucaracha!¡La cucaracha!¡Ya no puede caminar!¡Eh!-cantaron a coro, HoSeok, YoonGi y SeokJin.

-¡Porque le falta!¡Porque le falta!¡Eh!-corearon EunJi, quien iba al volante, SoYeon y JeongGuk.

-¡Las dos patitas de atrás!-culminaron al unísono.

Estallaron en carcajadas, y en menos de lo que hubiesen deseado, llegaron a su lugar de destino.

-¡Woa! Necesito más fines de semana con ustedes-comentó el risueño chico, bajando del auto.