♠︎ RONNY ♠︎ ||George Weasley ||

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.・゜゜・ CUMPLEAÑERA.・゜゜・
EN FUGA

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Por un día quisiera ver el mundo a través de tus ojos, sé que me sorprendería.
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||1990||

Después de haber evitado la fecha durante tanto tiempo, el día había llegado, Ronny Artemis Scamander cumplía los 12 años de edad. Era miércoles, un soleado día de Junio que avecinaba una fiesta sorpresa para la rubia que dormía plácidamente en su cama, ajena a la fiesta que su abuela y madre habían preparado para ella.

Newt y Lancelot Scamander se encontraban leyendo el periódico en el comedor de la casa, mientras las mujeres arreglaban el pastel de color azul desde la cocina, ambas decorandolo con aquel dulce que a ella tanto le gustaba.

—¿Jacob ya salió de su habitación? —El hombre vió a su padre por arriba del papel en sus manos— ¿A caso crees que no escuche la discusión? Seré viejo, pero escucho perfectamente.

—Igualmente debe estar dormido. —Indica el castaño dejando el periódico a un lado.

—¿Sigue enojado porque no lo dejaron ir a la casa de ese niño? —La voz del hombre sale de manera tranquila y pacífica, casí sabiendo la respuesta.

—¿Sabes? No recuerdo haber sido tan malo en mi adolescencia. Peleaba con mi hermano muchas veces, pero no por eso dejé de ir a sus cumpleaños. —El castaño miró a su padre, el cual asentia con comprensión. Él jamás había tenido problemas con sus hijos, al menos no del tipo de sus nietos.

—Esto no es parte de crecer, hijo. —Deja el periódico a un lado para ver a su primogénito— Probablente tenga algo que ver, pero no todo es culpa de los años, Lancelot.

—¿Es culpa de Loana y mía?

—¿Qué? No, eso ni lo pienses, ambos hicieron un increíble trabajo criando a mis nietos. —Se apresura a decir antes de encogerse de hombros— El problema es con quien se ha dejado influenciar el joven Jacob.

—Entonces cuando baje comenzamos a cantar feliz cumpleaños para ella. —La mujer de rubia cabellera entró al comedor seguida de su suegra que portaba las velas para colocar sobre el decorado pastel.

—Iré por Jacob entonces. —El hombre se levantó para caminar hacia las escaleras de mármol.

—Ten cuidado, no vayas a despertar Ro. —El hombre sonrió hacia su esposa.

—Soy muy silencio... —Y antes de que el Scamander pudiera terminar de hablar tuvo que tomar el barandal para no caer, pues se había distraído hablando y casí se caía por eso, además de que precisamente había hecho más ruido de lo que hubiera querido.

—¿Estás bien? —La mujer de rubia cabellera cuestionó.

—Estoy bien querida, ya regreso. —El hombre reanudó su camino sonriente, esta vez bajo las leves risas de sus padres.

—Yo te dije Loana. —La nombrada miró a su suegro— Mi hijo siempre se sentirá un adolescente enamorado contigo. —El magizoólogo sonrió.

Loana sonrió sincera hacia él, antes de regresar su vista hasta los escalones por donde había subido su marido. Ella siempre lo vería con el mismo amor que el primer día