CAPÍTULO 1

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Todo empezó cuando yo, Rick, entré a formar parte de una nueva familia. No es que acabase de nacer ni nada, es que soy adoptado. Tampoco es que la cosa empezase realmente ahí pero es importante para entender lo que pasó después.

Mis padres de acogida resultaron ser dos hombres llamados Julio y Tulio. Yo tenía unos 7 años para cuando me adoptaron.

Al principio me pareció todo bastante extraño, me refiero al hecho de no tener una mamá pero sí dos papás. Mis compañeros de clase tenían uno de cada. Cuando les pregunté a mis padres por eso, me contestaron que era porque eran todos unos hererobásicos a favor del sistema heteropatriarcal opresor.

Obviamente no entendí nada entonces pero hoy, a mis 17 años, puedo decir que, sí, la gente en general es una heterobásica a favor del sistema hereropatriarcal opresor. Salvo vosotr@s, vosotr@s sois gente maja.

Pero ese no es el caso. El caso es que mis padres son heterofóbicos. Traducción: mis padres odian y repugnan a las personas que salen con otra persona de un género distinto, o lo que es lo mismo, odian a la mayor parte de la población mundial.

Hasta ahí todo está más o menos bien. El problema es el que viene a continuación.

Yo no formo parte del colectivo, soy heterosexual. Si mis padres me oyeran decir esto me matan. Por eso prefiero quedarme dentro de mi querido armario y no salir nunca o al menos hasta no haber cumplido la mayoría de edad.

Aunque mis planes de quedarme en el armario se vieron bastante trastocados, ya os contaré porqué.

Ahora avancemos un poco más en el tiempo. Concretamente hasta este mismo año a principio de curso. Ahí fue cuando empezaron los problemas de verdad.

Como iba diciendo, el primer día de clase me senté en mi sitio al lado de mi amigo Sam y estuvimos hablando de la vida en general. Me estaba contando algo mazo aburrido que no me interesaba cuando ella entró por la puerta. Era la primera vez que la veía pero quedé deslumbrado por su belleza.

Mi diosa, mi reina, mi crush. Mi heterosexualidad pasó a tener nombre y apellido aunque por entonces no los conocía.

Casi me caí de la silla cuando se acercó hacia mí. Dios todopoderoso, iba a hablarme, estaba seguro de ello. Socorro, rápido, actúa natural, pensé mientras adoptaba la pose más sensual que fui capaz de improvisar.

Debió de ser una posición realmente extraña porque ella me miró frunciendo el ceño - el ceño más bonito que he visto en mi vida - y puso cara de "¿te pasa algo, necesitas ayuda profesional?". Nuestro momento pasó y ella se fue hacia el final de la clase donde ya la esperaban sus amigas.

- No me lo podía creer. - dijo mi amigo, Sam.

- ¿El qué? - contesté desconcertado todavía por la belleza de mi compañera de clase.

- ¿Me has escuchado en algún momento?... Da igual, no quiero saberlo. En resumen: que el profesor me mandase al examen de recuperación teniendo un 4'9 de media. 

En ese momento otro de mis amigos, Manu, entró en la clase armando tanto revuelo como siempre. 

Un poco más tarde llegó el profe y pasó lista. Ahí descubrí que mi crush se llamaba Alba.

Así empezó todoWhere stories live. Discover now