CAPÍTULO 3

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 - ¡RICHAAAAARRRRRDDD! - gritó Julio nada más entré por la puerta.

 Me había dejado la cama sin hacer. Mierda, mierda, mierda. Como hubieran encontrado algo...  

 - Papá, puedo explicarlo, - dije mientras caminaba resignado hacia mi cuarto -, llevo bastante tiempo queriendo decíroslo pero...

 - Eso, explica esto: ¿Por qué narices tienes una rata muerta en tu cuarto?

 Ante mi mirada atónita Julio cogió al animalillo por la cola y lo tiró por la ventana. Se oyó el sonido de una maceta al romperse seguido de la alarma de un coche con pinta de ser muy caro.

 - Eh pues... Era para...  un trabajo de biología sobre la descomposición de la materia, - improvisé -, sí,... eso es.

 - Entonces igual no debería haberlo tirado por la ventana. Lo siento mucho, hijo, te conseguiré otra.

 Me dio un abrazo.

 - ¿Qué era eso que querías contarme? - preguntó mi padre.

 - Que quiero ser... biólogo. Sí... biólogo. - dije no muy seguro de si iba a colar.

 - Ah, eso está muy bien. No lo digo yo, lo dice la ciencia. Hay mogollón de artículos científicos sobre la importancia de la biología.

 Cuando por fin conseguí que Julio se fuese de mi habitación decidí buscar un sitio mejor para todas las fotos de Alba. El armario resultó ser el escondite elegido lo cual resultaba algo irónico e hiriente.

 Piénsalo, un hetero en el armario que esconde las pruebas de su heterosexualidad en un armario. Demasiados armarios para una misma persona.

 Yo pensaba que ya podía estar tranquilo y seguir con mi vida normas sin preocupaciones pero entonces ocurrió la catástrofe.  

 Tulio entró en el cuarto dispuesto a colocar mi ropa ya plegada y planchada en su sitio: el armario. Y yo estaba jugando a un juego de ordenador con la música a todo volumen sin enterarme de nada. 

Voy a ahorraros el drama pero ya os podéis imaginar las broncas que me llevé.

 - ¡Y a la cama sin cenar jovencito! ¡Estamos muy decepcionados contigo!

 No me quedó otra que agachar la cabeza y callarme.

 A la mañana siguiente ambos se encontraban ya mas calmados aunque tenía pinta de que no habían dormido demasiado.

 - Richard, hemos estado hablando tu padre y yo – dijo Tulio algo decepcionado -, y hemos decidido que lo mejor para la familia es mudarnos a un lugar con un ambiente más apropiado y con más oportunidades para ti. Obviamente no volverás a ver a tus amigos, son una mala influencia. Salvo a Sam, ese nos cae bien. - puntuó.

 - ¿Qué?

 - Nos mudamos la semana que viene así que puedes empezar a organizarlo todo.

 - ¿Y el instituto? - pregunté desesperado.

 - No te preocupes por eso. Hemos buscado un internado con un excelente profesorado especialista en ciencias de la salud que te ayudará a convertirte en un gran biólogo.

 ¿En que momento decidí que decir que quería ser biólogo era buena idea? Mis últimas 3 neuronas debían de ir borrachas cuando lo decidieron.

 - Bueno, ahora ves al instituto o llegarás tarde. - dijo Julio con cariño.

 Mientras caminaba rumbo a las clases más aburridas del mundo solo era capaz de pensar en una cosa: tenía que decirle a Alba lo que sentía por ella antes del lunes 1 de noviembre, que era el día en el que me iba.

Así empezó todoWhere stories live. Discover now