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Luzu siempre había sido bueno controlando sus emociones y sus más bajos instintos, nunca había tenido mucha dificultad en controlarse frente a omegas en celo o al estar en una situación tensa con algún otro alfa, siempre sabía como lidiar con los problemas y creía firmemente que todo podía arreglarse hablando. Claro que, todos tenemos un límite y alguien estaba a punto de cruzar el suyo.

Ambos se encontraban de pie uno frente al otro, respirando de manera agitada y sin apartar la mirada del contrario. El poco autocontrol que aun conservaban era lo unico que impedía que no estuvieran en el suelo matándose a golpes.

—¿Porque estas aquí? — pregunto con molestia y se quejó en cuanto sintió como Lolito lo empujaba contra el escritorio.

—Ya sabes porque — La diferencia de altura se hizo notar y el lobo de Luzu comenzaba a ponerse cada vez más nervioso—, te lo advertí y aún así tuviste los huevos de verlo otra vez.

—Eso no tiene nada que ver contigo, Lolito — Tomó con fuerza la muñeca del pelinaranja y la tensión en aquella oficina incremento.

—¿Cómo que no?, si después de lo que le hiciste, yo fui quien se encargó de recoger los pedazos que habían quedado de el — Parecía que Auron no le había dicho todos los detalles de lo que había pasado y aunque quisiera explicarlo, Lolito no se encontraba en sus cinco sentidos por lo que no iba a escuchar nada de lo que dijera—. así que esto me concierne más de lo que crees, porque mientras yo este presente, no dejaré que el se te acerqué.

—¿Y de verdad crees que Auron te dejaría decidir por el? — hablo con bastante confianza, la cual fue lentamente borrada por la sonrisa cínica en los labios de Lolito.

—Lo hará, cuando se lo pida con aquella dulce voz que los vuelve tan sumisos y manejables — Señaló con la cabeza hacía la chica rubia, la cual observaba todo desde una esquina de la oficina y en cuanto Luzu se dio cuenta de lo que el alfa intentaba decir, perdió la poca paciencia que le quedaba.

Unos cuantos pasos rápidos fueron suficientes para que Luzu se encontrará encima del pelinaranja, moviendo rápidamente los brazos para estampar con toda su fuerza los puños contra el rostro del contrario. En momentos así, cualquier alfa se pierde en sus instintos y busca satisfacer esa necesidad abrumadora de demostrar quien es el más fuerte.

—¡Ayuda! — Escucho una voz pero se escuchaba tan lejana que no le presto demasiada atención.

Las posiciones cambiaban por momentos y a pesar de que ambos estaban cansados, los golpes no perdían la fuerza y la cantidad de feromonas que estaban siendo liberadas, seguramente se habían juntado formando un mezcla desagradable al olfato.

—¡Dime donde mierda está Auron! —  grito en cuanto se posicionó nuevamente sobre el pelinaranja, tomando con fuerza su cuello y preparando su brazo para soltar otro golpe en caso de que no hubiera respuesta.

—¡Luzu! — Una voz le llamo y aunque le resultaba familiar, no pudo girarse ya que algo le impedía apartar la vista del pelinaranja.

—¡Juro por los dioses que si le hiciste algo...! — Antes de que pudiera terminar con su amenaza, sintió como una corriente eléctrica le recorría el cuerpo y despues todo a su alrededor se volvió oscuridad.

⚖️

La pesadez de su cuerpo seguía estando presente y su lobo no paraba de repetir el nombre de su omega, quería verlo y sentía que si no lo hacía pronto, ese dolor en su pecho nunca se iría. Poco le importaban las heridas en su cuerpo y el dolor físico que le habían provocado los golpes del contrario, ahora mismo sólo deseaba ver ha Auron.

Abrió lentamente los ojos para saber dónde estaba y al ver aquel techo blanco tan familiar, supo que aun se encontraba en el ayuntamiento.

—Luzu...— Escucho la voz familiar de Alex y miro de soslayo hacía su lado, donde esté se encontraba sin su máscara y con el ceño levemente fruncido.

—Alex — con mucho esfuerzo logró sentarse en el frío suelo de madera, bajo la atenta mirada del contrario.

—Quieres explicarme, ¿cómo es que el alcalde se dejó provocar por el loco del pueblo? — Se cruzó de brazos mientras esperaba con molestia la respuesta. No podía creer que alguien tan calmado como Luzu se dejará llevar por una tontería— al menos debieron arreglar esto en otra parte, no frente a una chica que corrió asustada a buscarme por culpa de sus estúpidas peleas.

—Después me disculparse con ella pero por ahora... — Busco con la mirada al pelinaranja y al no encontrarlo, soltó un largo suspiro de alivio— ¿está encerrado?

—Si y tu también deberías — Golpeó levemente su hombro y al notar como este se quejaba por algo tan simple, supo que Lolito no se había contenido ni un poco.

—Necesito hablar con el, Alex — El menor le miro confundido ante sus palabras y rápidamente se negó, no quería que hubiera otra pelea— por favor...tiene el aroma de Auron y seguro sabe donde está.

—Pues no creo que te lo vaya a decir tan fácilmente — Se levantó del suelo y sacudió el polvo que tenía sobre su pantalón— pero hay una persona a la que Lolito nunca le oculta nada.

—¿Quien? — Tomó la mano del pelinegro para poder levantarse y acomodó su ropa, la cual estaba bastante desordenada e incluso en algunas partes había pequeñas manchas rojas.

—Su niña — Se colocó nuevamente su máscara y luego sacó su pequeño móvil negro de uno de sus bolsillos — créeme que si alguien conoce los escondites de Lolito, es el.

—Y, ¿dónde esta? — pregunto y acto seguido el pelinegro le mostró algunos números en su móvil.

—Le encanta estar en casa así que seguro lo encuentras ahí, te enviaré las coordenadas — Guardo nuevamente el móvil y comenzó a caminar hacia la salida, necesitaba un descanso pronto o iba a colapsar por culpa de todo el trabajo que le daban los habitantes del pueblo.

—De nuevo te debo una — En cuanto recibió el mensaje de Alex con las coordenadas, el dolor quedó en segundo plano y comenzó a seguir los números.

Complicado [Finalizado]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora