Capítulo 38

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POV ALFRED

Odiaba haberme perdido la llamada de Amaia después de esperarla tanto tiempo, pero haber ido a la sala Magalí era algo que necesitaba, y no sabía cuánto.

Había descargado mi miedo, mi rabia, todo el dolor y la incertidumbre por lo que fuera a pasar.

Me había duchado y estaba preparado para ver los Goyas, era la primera vez que iba a ver a Amaia después de verla esos segundos salir desde el hotel tan mal.

Estaba nervioso porque no sabía cómo iba a hacerlo, solo esperaba que pasará lo que siempre pasaba, Amaia sobre un escenario seguridad siempre de que se va a ver magia.

Pero temía esa alfombra roja, solo esperaba que su hermano consiguiera que no tuviera que dar ninguna declaración, porque sé que no iba a poder conseguirlo, si estaba al menos la mitad de mal de lo que estaba cuando salió de Madrid, le costará hasta mantenerse de pie durante el recorrido por la alfombra.

Veo como van pasando uno a uno por la alfombra, pero ella no llega y empiezo a inquietarme. ¿Tan mal puede estar para suspender todo?
Empiezo a sudar y a sentir como mi pierna empieza a moverse sin control cojo mi móvil y la vuelvo a llamar pero me sale el contestador, eso tiene que significar que va de camino ¿No?

Y lo siento, siento un mal presentimiento, me levanto del sofá y empiezo a dar vueltas pensando en que puedo hacer, pensando a quién puedo llamar para saber si todo va bien, pero entonces lo escucho, escucho como dicen su nombre y cuando me giró allí está ella, hermosa con un vestido largo negro y el pelo recogido, pero sin su mejor complemento, su sonrisa.

Pero entonces lo veo, veo como justo detrás de ella está el chico ese y cierro los puños con rabia. Los veo pasar juntos el uno al lado del otro. Veo como Amaia posa sola pero no es necesario que lo hagan juntos, los han visto entrar juntos y sé que eso era lo que se quería con aquello y también sabía de quién había sido la idea.

Intento tranquilizarme, sé que ella apenas ha tenido nada que ver con todo esto, y seguramente su llamada era para contármelo, pero no lo había hecho y ver esto me estaba matando.

¿Por qué no me lo había pedido a mi?

¿Por qué no podía ser yo en vez de él?

Me dejo caer en el sofá y cierro los ojos, no era celos lo que sentía, era más bien malestar por no haber sido yo en quién estuviera allí para  apoyarla. Quizás tenía que haber ido a Madrid ese mismo día, quizás no debería haber dejado que los días pasarán y ella no me contara nada de nada sobre lo que estaba pasando por su cabeza, y ahora tenía miedo, miedo de que el miedo que ella sentía le hubiera hecho hacer esto, miedo de que ese miedo la alejara de mí para siempre, miedo a que su hermano consiguiera su objetivo separnos, porque ahora lo tenía claro, era su objetivo desde el minuto uno y yo no lo he visto venir.
He seguido sus pasos. He hecho cosas sin hablar con ella, sabiendo que a ella no le gustaría, no he ido a verla, no he hecho lo que más quería hacer que era gritarle al mundo que sí, que estábamos juntos y que la quería. He seguido todos sus pasos sin darme cuenta de que su objetivo era separarnos, y ahora había dado su última estocada. Amaia a ojos del mundo estaba con este tipo, por lo que yo pasaba a salir de la ecuación, había pasado a ser el otro. Y si eso me molesta y me duele, y me hace sentir estúpido, si esa es la palabra.

Intento relajarme, no voy a lograr nada poniéndome así, lo que necesito es hablar con ella para que me explique cómo está y cómo estamos, pero ahora mismo eso es imposible.

Va pasando la gala y a ella no se le ve por ningún lado, supongo que no tiene que estar bien y toda la mierda de antes se me pasa y vuelve la preocupación por su salud. Sé que estar ahí para ella ahora mismo es un mundo, y si, estoy muy preocupado pero a la vez estoy seguro de que lo hará bien, tiene que hacerlo.

Llega su momento, y allí está de pie junto al pie de micros con los ojos cerrados. La música empieza y contengo la respiración, por un segundo creo que no va a conseguirlo, hasta que su voz sale en un principio como un hilito de su garganta y poco a poco se asienta, y vuelve a ser la Amaia que todo el mundo conoce, esa que te lleva a otro mundo, que hace con su voz lo que quiere y que te transmite como nadie más en este mundo.

Cuando acaban y la enfocan sus ojos están aguados. La veo bajar mirando hacia el suelo y sale de allí como si no acabará de hacer magia. Y a pesar de todo el dolor de antes no puedo evitar mandarle un mensaje.

“Has estado genial, como siempre”

POV AMAIA

Lo había hecho, aún no sabía cómo pero lo había hecho, solo que ahora me sentía tan cansada y de nuevo rota. Era como si las pocas energías que había tenido estos días la hubiera agotado por completo.

-Lo has hecho genial-dice Alex dándome un abrazo y yo se lo devuelvo porque después de todo, es lo mínimo que puedo hacer ¿no? Pero el estar aquí con él, hace que vuelva a sentir mal por Alfred y por lo que tengo con él y me alejo demasiado rápido por su cara.

-Yo lo siento Alex, estoy muy cansada.

-No, no pasa nada, lo entiendo-dice con una sonrisa y yo solo asiento mientras siento el efecto de la pastilla que me había tomado antes de actuar, sobre mi cuerpo.

-Amaia has estado genial. No dudaba de que sería así-dice abrazándome mi hermano y yo intento sonreír sin conseguirlo.-Tenemos que celebrarlo.

-No estoy para celebrar nada la verdad, estoy muy cansada-digo casi desvaneciéndose mientras siento como me agarra para evitar que me caiga y entre los dos me tumban en el pequeño sofá-Estoy bien-intento decir para tranquilizarlos pero apenas me salen las palabras.

-Amaia ¿Qué te has tomado?

-Solo una pastillas de esas que me recetó el médico.

-Amaia pero te habías tomado una antes de salir del hotel.

-Lo necesitaba, si no no hubiera podido hacerlo Javi.

-Joder Amaia, será mejor que llame a un médico.

-No-digo parándole-estoy bien de verdad, solo quiero ir a casa.

-Te llevaré al hotel para descansar.

-No Javi, no me has entendido, quiero volver a casa.

-Claro mañana tenemos el AVE.

-Mañana ya será tarde, necesito verlo, necesito verlo-digo sintiendo como los ojos se me empiezan a cerrar, y si no fuera por el cansancio que tenía ahora mismo y por los efectos de las pastillas que mi cuerpo estaba aguantando, seguramente volvería a atacarme esa ansiedad, pero esta vez por verlo, porque todo esto me había hecho darme cuenta de algo, ni Alex ni mi hermano, ni estas pastillas, nada podía ayudarme. Lo único que había conseguido que pudiera hacer lo que había hecho, era sentir ese anillo junto a mí, y por lo tanto él. Y ahora mismo solo quería estar con él, pedirle perdón y hacer todo lo posible para mantenerlo a mi lado, para que no me abandonara, para que no me dejara sola a pesar de estar tan rota como estaba.

Nota de autor: perdón si hay errores, la cabeza no está para mucho. Gracias a todos por leer y dejar vuestros comentarios lo leo todos y noto vuestro odio en común hacia Javier😅 veremos cómo evoluciona eso. Gracias y seguimos en casa, aunque cueste cada día más, pero hay que pensar en las personas que más les afecta esto, y pensar que si seguimos las recomendaciones saldremos de esto cuanto antes.



Solos tu y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora