No Es Para Mí

11. Bajo Las Estrellas

Lista para hacer de las mías y para cumplir el deseo más grande en mi vida.

Salí de mi tienda y miré en la que se supone estaba Trini. Esa chica a la cual le debo todos mis agradecimientos, ya que ha hecho de mi vida algo realmente dulce.

Respiré profundamente antes de dar pasos dirigidos a el destino de aquella noche de estrellas. No había luna, lo cual significaba que la noche estaba al margen de aquellos puntos blancos en el cielo.

El frío en esa noche era notable, hasta mis manos sentían algo extraño. Mi cuerpo temblaba mientras apresuraba el paso a aquella tienda de campaña.

Llegué a su tienda y un escalofrío invadió mi cuerpo como si me avisara que lo que estaba a punto de hacer era una total locura. Locura que cometería mil veces si es por tocar esos labios misteriosos y que me tienen loca por conocer su sabor que quizás me dejará encantada y con ganas de volverlo a intentar.

Sin más que hacer o pensar decidí que era hora de hacer mi cometido.

La tienda estaba entrecerrada, lo cual me permitió abrirla completamente sin ninguna complicación.

Al ver dentro de la tienda que lucía vacía y desolada mi tristeza se había apoderado dentro de mí. Es como si hubiese tenido el poder en mis manos y me hubiera dado cuenta que todo fué un sueño.

No me quedó nada más que hacer. ¡Esperen!, Trini acostumbra a caminar por la noche lo que me dejó una sola alternativa y esa era buscarla hasta encontrarla y hablar con ella y obviamente el resto ya se sabe.

Dejé la tienda y fuí en busca de esa pizca de felicidad y digo pizca porque mi felicidad sería completa si mis padres estuvieran conmigo para darme ese apoyo que necesita una adolescente como yo.

Emprendí mi camino en busca de mi pequeña que ahora se había convertido en parte primordial del corazón que nunca había sido llenado hasta la presencia de ella en el.

Aquellas montañas tenían una ambientación casi inimaginable. Era impredecible lo que podía encontrarse en ese lugar que aguardaba uno de los secretos descubierto por cinco adolescentes que ahora son superhéroes. Eso nos había unido mucho más de lo que imaginábamos estar y había provocado una conexión, aunque no logremos convertirnos en Rangers aún, pero podía sentir un poco de lo que cada uno siente o necesita en su día a día.

Avanzaba entre el profundo silencio, a excepción de los sonidos nocturnos. Estaba atenta ante cualquier amenaza, y ante el posible avistamiento de Trini.

Sentía como mi corazón se normalizaba y mi cuerpo se acostumbraba al clima que antes me tenía fría y temblorosa.

Mientras más avanzaba mi pena crecía más al no encontrarla. De repente algo se cruzó en mi camino, parecía ser un animal que desconocía. No era tan pequeño, sino de tamaño mediano y una estructura ósea aterradora, eso sin mencionar el sonido que realizaba.

Me asusté tanto, hasta el punto de salir corriendo en busca de un lugar seguro. Nunca había enfrentado mis miedos frente a animales que se vieran feroces y mucho menos que lo hiciera ahora.

Corrí muy rápido viendo de vez en cuando hacia atrás donde esa cosa me seguía a escasos centímetros.

Hubo un momento en que mis pies respondieron de manera eficaz y me iba alejando de esa cosa, pero tropecé lo que provocó una fuerte caída.

Intentaba levantarme sin obtener respuesta positiva de mis pies, hasta que logré ponerme de pie y seguir con la huida. Un dolor un tanto leve en el pie derecho me hizo perder velocidad.

De repente y en los momentos en que esa cosa estaba a punto de hacerme daño algo inesperado ocurrió.

Miré como Trini llegaba y se ubicaba detrás de la feroz bestia. Muchas cosas pasaban por mi mente, entre ellas el miedo a que esa cosa extraña la lastimara, pero el miedo sobrellevaba mis acciones y accionaba un punto sensible en mí. Estaba tan nerviosa que cerré los ojos y esperaba que me lastimara a mí. Trini no estaba al alcance de la criatura, lo que me hizo pensar que no la lastimaría. Con los ojos cerrados escuché como Trini se acercaba.