Capítulo 16. You can't defense

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Alguien esa noche deslizó un papel por debajo de la puerta, me pareció muy extraño, la sombra bajo la puerta no desapareció hasta después de unos largos minutos. Amanda seguía conmocionada, diría que muerta si no fuera porque estuve escuchando su corazón latir todo este tiempo.

Solté a Amanda solo por un brazo, tomé el papel y lo leí.

Supongo que si Miguel no pudo convencerme, lo haré yo. Necesitas ese psiquiátrico. Saluda a los policías de mi parte, Alex... <3 -Rubén, tu lindo y amado Rubén.

—Mierda, Rubén... —arrugué el papel en mi mano, ¿Qué tan cierto era eso? ¿Si iba a delatarme? 

¿Ese gilipollas va a delatarme? 

Abracé a Amanda de nuevo con ambos brazos. Nos quedamos así por unas horas, hasta que... mi tiempo fue lento cuando botaron la puerta, ni siquiera presté tanta atención a lo que estaba pasando, sabía que era la policía.

Me sujetaron de los brazos, me esposaron y luego me golpearon fuertemente en la mejilla, dejándome inconsciente y con grandes ganas de que el golpe haya sido suficiente para matarme. Lo ansiaba.

Amanda

—¿A qué sitio se lo llevaron? —me sentía mal, mi presión arterial había bajado casi hasta mis pies y por eso estaba en el hospital, esposada con el detective amigo en frente mío, muy preocupado.

—Están haciéndole exámenes clínicos para probar que él está enfermo —ni siquiera él puede verme la cara —. ¿Por qué, Amanda? ¿Por qué tuvimos que enterarnos que el asesino era él por parte de una denuncia anónima y no de ti que estabas conviviendo con él?

—Me hubiese matado si yo...

—¿Le querías, Amanda? —su pregunta hizo que levantara mi cabeza para verlo a sus ojos llenos de decepción —. ¿Tenías miedo o lo llegaste a querer que no quisiste exponerlo? —me cuestionaba y yo me sentía más frustrada al saber la respuesta.

—No lo sé, sentía las dos cosas. Siempre estaba cautelosa, había escondido los cuchillos, no podía dormir en las noches, le dije a Alejandro que trabajaba en diferentes sitios, pero solo iba a un hotel a dormir, no confiaba en él —cierro los ojos. Él suspira ante la extremidad a la que fui —. Pero si le tenía viviendo en mi departamento era porque me importaba y quería que se curara, que con paciencia iba a curar por arte del tiempo.

—Te equivocaste.

Asiento con mi cabeza, mis padres pagaron con la confianza traicionada.

—Escucha, haré todo lo posible para que no te encierren, ¿sí? Si Alejandro está enfermo, tendrá que cumplir la condena en el hospital psiquiátrico, llevando su tratamiento adecuadamente, pero tu... puedes considerarte su cómplice por todos sus asesinatos y no tienes como defenderte.

—Supe que él era asesino desde el asesinato en la casa.

—Ya, te creo, pero ¿Cómo lo pruebas al juez? —se cruza de brazos, ahí me hago pequeña al yo no tener razón —. Lo solucionaré por ti, por el momento... —guarda el silencio. Él se acerca a la puerta y la abre, deja entrar a un señor a la habitación.

¿Es mi abogado de oficio? 

—Él es tu abuelo, Amanda —me dice e inmediatamente frunzo el ceño, miro al señor y él sonríe de lado.

—Te conseguiré el mejor abogado, no puedo permitir que vayas a la cárcel, debo arreglar algunos asuntos contigo —esa sonrisa es solo sospechosa. Trago saliva para intentar quitarme el nudo de la garganta, pero no logro mucho. 

Efectivamente me consiguió un abogado y aunque yo haya declarado que tenía mayoritariamente miedo por Alejandro, también me sentía mal porque aún pensaba en él, aún y con el hecho de que mató a mis padres. Los jueces tomaron mi caso como archivado, los vecinos también declararon como a veces escuchaban gritos, que todo era extraño en mi departamento, efectivamente lo era. 

Así que fui inocente, sí encubrí sus dos últimos asesinatos.

Y ya no volvería a vivir en el mismo departamento, ¿Y recordar la vida de locos? No. El abuelo al cual aún no me acostumbraba a pensarlo que lo tenía ya que mis padres insistían en que él había muerto, dejó que me instalara con él en su casa ubicada en Málaga, no me quejaba, era una casa en la que cualquier querría vivir.

Tenía su jardín, me sorprendió ver a una ama de llaves atendiéndome a penas llegué. Pero me sentía abrumada, solo pensaba en salir.

Y eso hice.

Bajé al salón y salí de la casa escuchando la pregunta del abuelo "¿A donde vas?" No le respondí debido a que ya estaba cerrando la puerta y yéndome. No tenía claro de a dónde quería ir así que tampoco le hubiese respondido con algo útil.

Encontré un pequeño restaurante barato en el centro, sin duda fui y me senté a pensar la situación y comer algo, me sentía hambrienta también.

Escuché un par de monedas caerse al lado mía, voltee a ver y vi a una tía con varios cuadernos en sus brazos, a ella se le habían caído las monedas.

—¡Joder! —maldijo, noté que se estaba poniendo estresada, pero fue el momento indicado para que yo le ayudase a alcanzar las monedas del suelo.

—¿Estas bien? —pregunté devolviéndole todas las monedas, pero ella no las cogió, si no que colocó todos sus libros en la mesa en donde yo estaba sentada y señaló la silla en frente de mí.

—¿Está ocupado? —preguntó asegurándose, negué con mi cabeza respondiéndole.

Ella procedió a sentarse, se relajó inmediatamente.

—Son de esos días en que es muy cansado hasta respirar —se quejó —. Pero supongo que no te importa mi vida, soy Lucía-

—No pasa nada, soy Amanda —le sonreí de vuelta. Dejé las monedas en frente de ella, ella las tomó y las guardo en su mochila.

—Coño, si yo escuché de ti —me señaló, estaba nerviosa por esas palabras —. Eres la novia de este asesino, el terror de España.

Miré hacía las demás personas a mi alrededor que no prestaban atención, por suerte, voltee a ver a Lucía.

—No era su novia —me encogí de hombros —. Pero eso ya pasó.

Han pasado tres meses, el juicio se había tardado mucho.

—Claro, no pretendía incomodarte —sonrió nerviosa —. Tu no vives por aquí, te hubiese reconocido al momento —alza una ceja.

—No, estoy con mi abuelo —señalo con mi pulgar a una dirección al azar.

—Cierto —finge pensar.

Es graciosa y es agradable, vale ya tengo una amiga, alegraos por mí. ¿Podía considerarla una amiga? No estoy muy segura.

Bloodbath; alexby11Where stories live. Discover now