Capitulo VI

1K 64 6
                                    

Me sorprendo a mi mismo viendo ansioso hacia todos lados. MIs manos aún tiemblan un poco por la sorpresa que aún no termino de digerir, y yo me reprocho a mi mismo por estar atento a cuando la presencia de ella volverá a estar presente entre nosotros. 


Martina me mira con curiosidad y preocupación. Yo me siento mal al saber que muy probablemente la estoy haciendo pasar un mal momento y me obligo a calmarme. Pero cuando finalmente lo estoy escucho su voz no tan lejos de mi.

—Perdón por la demora, tuve que llamar a mi mamá para avisarle que ya llegué y que estoy bien. —La escucho y yo vuelvo a tomar el mismo mecanismo de defensa que había usado hace algunos minutos: Ignorarla.

Noto que empieza a cortar el pastel y repartirlo a todos los niños que están en fila para recibir su parte. Estoy atento a la conversación que tiene con Felipe por más que evite hacerlo.

—Ayudarnos a repartir el pastel es tu castigo por llegar tarde. —Bromea Felipe y alzo disimuladamente mi rostro con miedo, para alcanzar a ver a Camila lanzarle una sonrisa. Me asusto por lo que siento con esa mínima acción que hace, y vuelvo a bajar la mirada.

Puedo sentir la mirada de su amiga quemando mi rostro. Yo me pregunto qué tanto sabrá ella para que no quite su mirada de mi, pero me respondo a mi mismo que eso no debería de importarme. Ya no debería de importarme.

—Vos, Benja, ¿Querés un poco? —Quedo helado al reconocer la voz de quien me habla. Tengo un debate interno en mí. Tengo que responder, no puedo permitir que mi escudo de ignorarla se transforme en mala educación.

Asiento tímido y ella me alcanza el plato con el pastel. Me mira y me sonríe. Yo le devuelvo la sonrisa mientras noto como la mano con la que agarro el pastel me tiembla. Vuelvo a ver a todos nervioso esperando que nadie lo notara.

Ella vuelve a cortar el pastel y darle ahora un pedazo a cada uno de los que estamos rodeando la mesa.

Siento que todos están a las expectativas de mis movimientos aunque sé que lo más probable es que solo sea idea mía. Felipe me mira con curiosidad y se me acerca, me toma del hombro, sabe perfectamente el porqué de mi silencio tan fuerte, me susurra al oído un. ''Ella está actuando normal, deja de comportarte como un idiota y haz lo mismo'' y yo lo solo me mantengo viendolo en respuesta. 

No soy yo comportandome como un idiota. Es aún mi sorpresa porqué no esperé realmente verla, y tal vez la bronca de lo sucedido por par de años antes lo que me hace actuar de esta manera.

Cuando Felipe y Cecilia despidieron a los últimos niños, nos invitaron a los que restamos a sentarnos y comer lo último que sobró de la fiesta.

Formamos un círculo con las sillas, Camila queda al lado de Felipe, de su amiga, y en frente de Martina.

El resto del día fluye de manera tranquila. Camila y yo finalmente podemos cruzar un par de palabras, que no pasan de un: ''es cierto'' o ''¿Me pasás un poco de los dulces de allá?'' pero nadie se atreve a mencionar algo de un pasado medio lejano, ni recuerdos ni anécdotas. Yo agradezco ante eso aunque creo que realmente todos sienten que tocar ese tema sería incómodo y delicado.

Cuando llega la hora de irnos, todos guardamos un pequeño silencio, en la atmósfera se puede sentir un poco de la tensión provocada por nosotros, o tal vez solo provocada por mi.

Felipe es el primero en levantarse de la silla, todos proseguimos hacer lo mismo y empieza a despedirnos, agradeciendonos por la presencia y a Martina por los dulces.

—¿Donde está Aurora? —Pregunta Martina —Para despedir a la protagonista de esto.

—Debe de estar jugando, su mejor amiga se quedará a dormir donde nosotros, entonces deben de estar juntas por ahí. Las iré a buscar. —Responde Cecilia y Felipe va junto con ella.

El Último Adiós de un Gran Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora