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Flashback———————

La tenue luz del amanecer entraba por el tragaluz que se encontraba en lo alto de aquella habitación, el brillo hizo que los niños se levantaran lentamente mientras sus ojos se acostumbraban, todos se quedaron sentados en su futón respectivo, y aunque estos estaban pegados unos con otros, respetaban el espacio de los demás.

Los cinco niños se voltearon a ver el uno con el otro como era su costumbre y vieron hacia el otro lado de la habitación, en el había más niños aún adormilados. Gen se levantó y con pequeños pasos logró llegar hasta una pequeña cubeta que tenía agua cristalina dentro, sumergió sus manos y llevó el contenido que iba en ellas a su rostro, empapándole también el pequeño vestido blanco que llevaba.

Seguido de eso, los otros niños imitaron su acción y después todos se quedaron parados frente a la puerta, estaban ya acostumbrados a hacer eso todos los días, después de dos años ahí dentro aprendían a no decir nada ni quejarse.

—¿Ya están despiertos todos? —aquel hombre de cabellos nombres cruzaba la puerta seguido de otros hombres.— Bien, hoy no entrenarán juntos.

El hombre comenzó a separar a todos por pequeños grupos, como era de esperarse, Gen se quedó con los que consideraba sus amigos ahí dentro. Aquel hombre les ordenó que lo siguieran, solo ellos cinco, y fue lo que hicieron.

Caminaron por largos pasillos intentando ver hacia dentro de las otras puertas, pero les era complicado por la mala iluminación que había. Siguieron caminando hasta llegar a una puerta la cual no habían visto nunca antes, los niños se tomaron de las manos y esperaron a que el hombre abriera.

Cuando entraron, se dieron cuenta que la habitación era bastante grande a comparación de las otras que habían visto, a excepción de la sala de entrenamiento. Había estantes con lo que parecían libros gastados y en el centro había una gran mesa con algunas sillas alrededor. No muy lejos de la mesa había una pizarra verde y algunas otras sillas.

Los niños entraron antes que el hombre y se quedaron en silencio viendo, la habitación les parecía peculiar pero aún no sabían por qué estaban ahí.

—Su adiestramiento no debe ser solo combate, necesitan usar su cerebro. —el hombre se adelantó y caminó hasta un librero, de ahí empezó a sacar libros para después ponerlos en la mesa.— ¿Qué esperan? Siéntense.

Los niños corrieron para ganar los asientos y se vieron los unos a los otros, se podría decir que estaban emocionados por hacer algo más que solo pelear.

—Nos veremos aquí todos los días, además de su entrenamiento, ustedes son los responsables de su tiempo así que deben organizarse. Conocen las consecuencias. —el hombre comenzó a repartir unas pequeñas libretas y algunos lápices a los niños, al igual que unos pesados libros que decían "Historia" en la portada.— Hoy aprenderemos de los quirks, habilidades, singularidades, es importante saber esto para que puedan vencer al enemigo, si no entienden su singularidad no podrán hacerlo.

Los niños abrieron los libros y lo hojearon, aunque no entendían todo lo que decían las hojas podían ver las imágenes gastadas y darse una idea.

—¿Alguno de ustedes sabe cuántos tipos de quirk hay? ¿Y cuáles son?

—Hay tres, emisor, transformación y mutante. —el niño de cabellos castaños y ojos amarillos habló con mucha claridad.

—Bien, H, pero existe uno más, es un sub tipo, de acumulación, aunque los casos son muy escasos, existen. —el hombre comenzó a caminar alrededor de los niños mientras les abría los libros en la página correspondiente.

—¿Y cuál es la diferencia? —la pequeña Gen observaba las imágenes e intentaba recordar los significados de varias palabras.

—Los de tipo emisor tienen la capacidad de liberar ciertas sustancias o alterar la materia que rodea al usuario, es el más común. Ahí dice. —Asahi, el pequeño de ojos azules, señalaba con su dedo un párrafo.

Gen se quedó viendo las palabras y suspiró, empezaba a darle sueño pero tenía algo de interesante la lección.

—Los de transformación hacen que el usuario pueda tener una alte... alteración temporal de algún tipo. Permiten transformar temporalmente su cuerpo. —la pequeña rubia se sentó en la mesa con el libro entre las piernas, al parecer así estaba más cómoda.

—Los de tipo mutante son... una parte física del usuario, o sea que siempre están activos, son como malformaciones. —el niño de cabellos blancos le enseñó a Gen una imagen que venía en su libro y sonrió un poco al ver la cara de la niña.

—Bien, parece que se lo saben bien, ahora hablaremos de las debilidades y variaciones. —el hombre vió como una mujer entraba por la puerta y suspiró— Tienen 5 minutos, no hagan ruido.

En ese momento, el pelinegro se alejó y se dirigió a la puerta, en donde se quedó con aquella mujer. Mientras tanto, los niños comenzaron a hablar entre ellos.

—Pensé que sus lecciones empezarían hasta después, Shiban. —la mujer guardo algunas navajas en su pantalón y se quedó observando a los niños.

—Ryo empezará en poco tiempo con sus... experimentos, me pidió que los preparara a ellos, aunque los demás también están aprendiendo, Mio. —el hombre le dio la espalda a la mujer y rebuscó entre los libreros.

—Pero aún son niños, míralos, G tiene ¿cuánto? ¿Ocho años? Y H tiene como 13, aún no están listos.

—Dile eso a Ryo, aunque esos dos son los más fuertes, seguido por los otros tres. Ryo ya no quiere esperar, ni Sensei, si quiere convertir a su olla de oro en guerreros mortales, adelante, no somos nadie para impedírselo.

—Lo sé, pero solo mira, son tan pequeños e inocentes. —Mio suspiró mientras caminaba hacia el centro. El hombre fue detrás de ella antes de sacar una manzana de un estante.

—Eso no significa nada, pelearan la guerra para la que están siendo entrenados. —comenzó a cortar la manzana en pedazos y entregó uno a cada niño.— Se lo debemos, Mio, entrenaremos a estos niños hasta que cumplamos su objetivo.

Los niños tomaron el pedazo de manzana y comenzaron a comerlo, Gen estaba en silencio mientras columpiaba sus pequeños pies en la silla, había podido escuchar aquella conversación pero en ese momento no le encontró lógica, prefirió enfocarse en los libros y en acabar el trozo de fruta.

—¡H! ¡H! ¡Llévanos al bosque! —la pequeña rubia se acercó hacia el de ojos amarillos y le ofreció la mitad de su trozo de manzana.— Por favor.

El chico sonrió tiernamente y esperó a que todos se juntaran, una vez todos en círculo, activó su singularidad y creó una ilusión en la cual se encontraban en un bosque verde e iluminado por el sol.

Los niños podían oler y sentir las hojas a sus pies, incluso si sabían que aquello no era real, lo disfrutaban mucho. El control de aquel niño sobre su singularidad era asombroso, podía confundir completamente a las personas confundiendo así sus sentidos. Los otros niños lo admiraban bastante ya que ninguno tenía un control tan bueno sobre su quirk, pero no se daban por vencido.

Gen miró hacia el supuesto cielo y una sonrisa inundo su rostro, después vió al niño de ojos amarillos y suspiró complacida. De pronto, un aplauso de sonido fuerte hizo que la ilusión desapareciera y que sus mentes estuvieran de regreso en la sala, todos bajaron la mirada y regresaron a sus asientos.

—Basta de distracciones, prosigamos.

Así era como los niños aprendían de varias cosas además de técnicas de pelea, siempre asistían a esas lecciones porque al final fueron útiles, se dieron cuenta que pelear sin saber no los llevaría a ningún lado.

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¿Héroe o Villano? Aizawa Gen. La hija de EreaserHeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora