YoonGi ha estado enamorado de JiMin desde el jardín de infantes, su lindo vecino hizo latir su corazoncito en el momento en el que sus ojitos se hicieron una línea al sonreír.
YoonGi quiere decirle que le gusta pero tiene que pasar por bochornosos m...
Era una impresionante vista, el rubio bailaba con tanta energía y coordinación en su habitación, bellísimo. YoonGi lo veía apoyado en el marco de su ventana con una sonrisa.
—¿Cómo lo hice YoonGi?— habló el bajito con la respiración acelerada por el esfuerzo.
—Siempre lo haces perfecto JiMin, no necesitas mi opinión— el de mejillas regordetas lo miró con un puchero.
—Pero hyung, necesito mejorar más si quiero que mi debut sea un éxito— YoonGi amaba sus pequeños berrinches.
—Y lo será. Ya verás que de aquí a dos años toda Corea estará gritando tu nombre y después de eso conquistarás el mundo— al hablar perdió el equilibrio del brazo en que estaba apoyado y chocó su cabeza con el marco.
—¡YoonGi hyung!— ¿Por qué tenía que ser irremediablemente torpe frente al chico que le gusta?
Cuando abrió los ojos era sostenido por JiMin quien ponía con calma pomada sobre el chichón de su cabeza. Desearía estar así siempre junto a él, ser mimado por JiMin era un regalo de los cielos.
—¿Cómo entraste a mi casa?— preguntó el pelinegro perdido en los orbes marrones de JiMin.
—Tengo una llave de repuesto, tú mismo me la diste hace tiempo— cierto, cuando tenían trece años después de que YoonGi se diera cuenta de que su corazoncito fue robado por el que estaba frente a él —dijiste que tu casa era mi casa y podía entrar si quería.
Dejó un besito en el golpe y ayudó al pálido a levantarse.
—Quédate a dormir hoy, prepararé una deliciosa tarta de fresas para tí— JiMin se acostó en la cama del pelinegro.
—Esta bien, pero quiero dormir contigo aquí en tu cama no en el futón Yoonie— ahí estaban de nuevo los pequeños berrinches.
—Hoy será el día de mimar a Minnie— y el pálido salió de la habitación a preparar la tarta para su amado.
JiMin había aceptado quedarse con él como los viejos tiempos, su corazón iba a salirse de su pecho.
¿Sería capaz de conciliar el sueño esta noche?
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Al entrar al colegio fue saludado por un alegre Kihyun, todo quedó en buenos términos después de la charla del día anterior.
Kihyun si estaba enamorado de JiMin pero no del rubio del que todos pensaban, admitió que al principio sí sentía algo por el cachetón pero llegó a la conclusión de que lo quería solo como amigo y luego llegó el verdadero amor de su vida; Shin JiMin.
