Lazos emocionales

8. - A contracorriente

- Mierda, mierda... joder.

Alba entró a su piso dando un portazo y sin pararse a nada llegó hasta su habitación refunfuñando. Julia se sobresaltó al verla tan agitada y decidió esperar a que volviese para preguntarle qué le pasaba.

Era una chica amable, risueña, y aunque la conocía desde hace años y sabía de su mal carácter cuando se enfadaba, no era habitual verla en ese estado. Julia volvió a concentrarse en la serie que estaba viendo cuando su compañera de piso regresó al salón, resoplando pero algo más calmada, y se sentó a su lado.

- ¿Qué te pasa enana?

- ¿Qué no me pasa Julia? Estoy harta ¿sabes? Estoy deseando que pase ya de una vez este puto año de mierda y me dejen de pasar cosas.

Julia sonrió abiertamente, Alba enfadada le parecía muy divertida. Con sus ojos enormes, con su carita de bebe y echando fuego por la boca, no podía evitar que despertase cierta ternura en ella, le daban ganas de abrazarla.

- A ver, tranquilita y me cuentas por qué estás tan de mal humor, que pareces un furby estropeado.

- No me ayudas ¿sabes? Metiéndote conmigo no me voy a sentir mejor.

- JAJAJAJAJA Anda ven aquí – se abrazó a su amiga – No me meto contigo cariño, es que estás muy graciosa cuando no dejas de refunfuñar.

- ¿Recuerdas que te dije que hoy vendrían dos postgraduados en prácticas y tendría que hacer de jefa de uno de ellos?

- Sí ¿Qué pasa?

- Pues una de ellas es Natalia.

- ¿Natalia? ¿La hija de tu amiga Noemí? - Alba asintió mientras se tapaba la cara con las manos – Pero... a ver ¿Cómo es eso? ¿Sabía qué trabajabas allí? ¿Te estaba buscando...?

- Nooooo... ¿Qué dices? ¿Cómo me va a estar buscando? Lo que me faltaba.

- Y yo qué sé... ni siquiera sabía que había estudiado publicidad.

- Ni yo tampoco, créeme que parezco gilipollas pero no lo sabía.

- ¿Y ella sabía que tú trabajabas allí?

- No lo sé, no creo... se le veía tan sorprendida como a mí.

- Pues no lo descartes, igual esa pequeña adolescente se ha colgado de ti y ha averiguado dónde trabajas.

- JULIA POR FAVOR ¡NO TE MONTES PELÍCULAS! - empezaba a desesperarse aunque era consciente de que no se estaba explicando demasiado bien – Además no es ninguna adolescente, tiene 21 años, que sea más pequeña que nosotras no la convierte en ninguna niña.

- Ellaaaaa defensora.

- No joder, defensora no, es que ya me cuesta asimilar como para que encima me digas que es una adolescente.

Julia se tomó unos segundos para reponerse del ataque de risa que le había sobrevenido y empezar a tomarse aquello más en serio, era evidente que a ella le afectaba lo que ocurría aunque aún no alcanzaba a comprenderla.

- Vale, lo siento... venga que dejo el cachondeo. Explícame bien qué ha pasado.

- Pues eso, cuando he llegado con Alfonso a la sala de reuniones donde nos presentarían a las postgraduadas en prácticas con las que haríamos las veces de tutores, me he quedado de piedra al comprobar que una de ellas era Natalia.

- ¿Y...? – Julia ya conocía esa información, pero empezaba a estar impaciente, sabía que si Alba se había puesto así había salseo, y no había cosa que a ella le gustase más que un buen salseo - En serio ¿Te has planteado que quizá sabía que trabajabas en esa empresa y por eso ha solicitado hacer allí las prácticas?