32. Un regalo del universo.

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Julia se había convertido en una de las personas favoritas de Minerva. Si pasaba demasiados días sin verla, convencía a su madre para hacer una vídeo llamada y ver a "tía Juria" como ella la llamaba. Aquel día Julia estaba en sus días libres, así que había quedado con las Reche, desde la mayor a la más pequeña, para comer con ellas y pasar la tarde juntas.

- ¿Cuando vuelves a trabajar Julia? - le decía Rafi mientras servía un aperitivo en el salón. - En tres días.

- Nunca me averiguo con tus turnos - dijo sonriendo.

- Mientras no se pierda ella - se rió Alba - Minerva cariño, el último trozo de pan, que vamos a comer ya mismo.

Minerva miró a su madre divertida y correteó protegiéndose en los brazos de su abuela, sabía que esta nunca le negaría nada.

- No es lista ni nada - se rió Julia.

- Tiene a quien parecerse - hizo un gesto gracioso Rafi señalando a su hija.

- ¿Yo? De eso nada, si yo siempre he sido súper obediente.

- Bueno, siempre siempre... jajajajaja.

El sentimiento de calidez que unía a las mujeres que compartían en ese momento aquel piso era envidiable. Momentos como aquellos eran los que habían ayudado a sacar de nuevo la mejor cara de Alba, la más risueña, la más positiva.

- ¿Sabes que Alba va a trabajar en una película? - dijo Rafi en mitad de la comida, como si tal cosa.

Julia casi se atraganta al escucharla y miraba a Alba con los ojos grandes.

- ¡No seas exagerada mamá, que casi se ahoga! 

- Pero... ¿Es verdad? - dijo Julia incrédula.

- Noooo, no al menos como ha sonado. Solo voy a hacer el trabajo de diseño y fotografía  en la pos producción.

- ¿Y eso? ¿Cómo no me lo has dicho antes?

- Tampoco es tan importante - dijo como si tal cosa - pero me ha parecido un proyecto atractivo, puedo aprender mucho - dijo distraída, había un motivo para no haberle hablado antes de aquello, quería hacerlo a solas.

- Por lo visto es una película de una joven directora que promete mucho - intervino Rafi sin darle ninguna importancia a aquella información, porque para ella no la tenía - ¿Te imaginas que triunfe? Las fotos de mi Alba las vería mucha gente.

- Mis fotos ya las ha visto mucha gente muchas veces - incidió Alba con el ceño fruncido.

Por una parte trataba de reivindicar un aspecto de su vida que en su momento su madre no le había dado la importancia que tenía. Había sido una de las artistas más jóvenes en exponer y publicar en ciertos medios, pero claro, todo aquello pertenecía a otra época, el tiempo que había pasado en Valencia y la aparición de Minerva en su mundo había dejado todos aquellos momentos congelados, como si formasen parte de una hazaña de juventud que en ese momento le quedaba muy lejana. Por otro lado, su cara venía de la insistencia inconsciente por parte de su madre de que Julia descubriese que había visto a Natalia antes de que ella misma pudiera digerirlo y contárselo.

- ¿Una directora? ¡Qué guay! - dijo Julia.

- Si, es lo que yo pensé - disimuló Alba - ¿Y qué tal tu última guardia?

- ¿Y cómo se llama? - dijo ignorando su pregunta, aquel tema de conversación era mucho más salseante que su trabajo.

- Natalia ¿No? - aportó su madre - Natalia... no sé, un apellido de esos raros.

Lazos emocionalesWhere stories live. Discover now