9

773 60 9
                                    

A la persona leyendo mis memorias, como mi 「amigo aún no encontrado」, tú, cuya identidad todavía no conozco, te tengo una pregunta. ¿Recuerdas cuantas rebanadas de pan has comido en tu vida?

Yo no.

Para poder preservar este cuerpo inmortal, el número de vidas que he tenido que 「comer」 es incontable. No es que alguna vez haya intentado contarlas en primer lugar.

Afortunadamente, la sangre de jóvenes mujeres restaura mi cuerpo más eficientemente, por lo tanto la mayor cantidad de vidas que han sido sacrificadas para mí han sido de aquel tipo. Aunque no puedo decir si esta afirmación es cierta.

Por supuesto que ningún humano sabe cuántas rebanadas de pan ha comido... Pero yo recuerdo el sabor de la primera. Mi primer rebanada de pan.

La primera vida que tomé.

Darío Brando... mi padre.

Verdaderamente era un pedazo de pan bastante insípido.

En términos modernos, era como comer espuma de poliestireno.

Matar a alguien en secreto por medio de un veneno oriental no te daba una sensación de autorrealización. Incluso aunque mi padre murió, realmente no sentí ninguna satisfacción.

No existió ni la más mínima sensación de logro.

Todo lo que sentí fue una pizca de duda.

"¿Realmente era necesario matarlo?".

"¿De verdad era una necesidad para mí, Dio, ensuciarse las manos?".

Fue lo único que sentí.

Fue en vano.

Con todo lo que bebía, no hubiera vivido mucho más tiempo si sólo lo dejaba a su suerte. Su cuerpo se había deteriorado al grado que necesitaba tomar medicinas diariamente.

Aún si no me las hubiera arreglado para hacerlo ingerir veneno, simplemente al no darle su medicina... No ganar dinero para comprar su medicina podría haber sido suficiente.

¡Olvida la medicina, ve a traer licor! Me decía.

Si sólo le hubiera hecho caso, ¿habría muerto en unos pocos años?... ¿Por qué no solo intenté aguantar un poco más?

Quizás elegí matarlo porque vi 「alivio」. Tal vez eso era todo. Sin importar cuán insípido fuera un asesinato, quizás simplemente quería terminar la vida de mi padre con mis propias manos.

Tal vez creía que al hacerlo, obtendría un boleto de ida al cielo... si ese era el caso, al final, sentí que era mi labor hacerlo. Y encaré la tarea de matar a mi padre.

Pero todo lo que obtuve fue un vacío.

Él simplemente murió. Como un insecto.

El efecto de esa milagrosa droga oriental fue destacable... Ni un día menos al que había predicho, mi padre murió.

Nadie sospechó de mí.

Ni siquiera mi padre sospechó.

Había ejecutado un crimen perfecto sin la menor equivocación... lo fue al grado al que podía llegar a esa conclusión con total confianza.

Comí el pan.

Pero no me sentí para nada satisfecho.

Probé algo sin sabor. Me vi obligado a probarlo.

Por más de diez años, fui constantemente robado por mi padre, y aún así, seguía con hambre. Continué hambriento.

Si tuviera que definirlo de algún modo, la impresión que matar a mi padre me dio fue 「Estoy hambriento」.

JoJo's Bizarre Adventure: Over HeavenWhere stories live. Discover now