Hikari

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Estaba estudiando en su cuarto cuando el teléfono celular sonó, avisando que tenía un nuevo mensaje. Lo abrió y se sorprendió de ver que Takeru le pedía sin previa charla verse esa misma tarde en el lugar de cada primero de enero.

«¿Será para mí o se habrá equivocado de número?» pensó con nerviosismo. Lo más probable era la segunda opción, ya que Takeru tenía siempre muchas chicas interesadas en salir con él. Además, hacía varios días que no se hablaban: ambos tenían aun pendientes sus tareas de vacaciones, y Hikari prefería acabar con ello lo antes posible.

No respondió. Esperaría un segundo mensaje del rubio pidiendo disculpas por el error de envío.

Pero el tiempo pasaba, ella no estudiaba y el texto nunca llegaba. Finalmente, tomando valor para responder, escribió dos simples palabras y pulsó el botón «Enviar». Se mordió la uña. ¿Qué tal si era muy tarde? Solo quedaban sesenta minutos para las dos de la tarde, y ambos tenían una distancia considerable que recorrer.

Aun nerviosa, dejó los libros sobre el escritorio y comenzó a buscar la ropa para ponerse. Si al final Takaishi cancelaba o no se presentaba, aprovecharía para ir a hacer algunos recados. Al menos tendría tiempo de pasear.


A unas cuadras del parque, recibió un nuevo mensaje.

«Ya estoy aquí. En el banco de siempre. ¿Y tú? 
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Recibido de TAKERU el 5/1/2006 a las 14:05» 

No sabía si alegrarse por el hecho de que su amigo hubiera asistido a pesar de que ella había confirmado sobre la hora. La pronta llegada del chico al parque le indicó que había estado en casa de su madre, lo cual hizo que se sintiera un poco más aliviada de no haberlo hecho salir volando del departamento del señor Ishida, en otra punta de la isla.

«Estoy llegando. Se me ha hecho un poco tarde 
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Enviado a TAKERU el 5/1/2006 a las 14:05»

Apretó el paso para llegar lo antes posible al sitio.

Cuando lo vio parado junto al banco, abrazándose a sí mismo para darse calor, el corazón se le detuvo por un instante. Takeru no estaba lo suficientemente abrigado para aquel día tan fresco, y eso le llamó la atención.

—Hikari —escuchó que la llamó a la distancia. Dejó de frotarse los brazos y la saludó enérgicamente con la mano. Comenzó a acercarse.

—Yo... lo siento —dijeron ambos a la vez. Y también callaron al mismo tiempo, sorprendidos uno por el diálogo del otro.

—Tú primero — señaló T-K, cediéndole la palabra mientras se miraba los zapatos. A pesar de ello, Hikari notó que tenía en sus ojos una expresión de emoción y ese brillo que había advertido la vez anterior.

—Yo... lamento haberte hecho esperar, Takeru. Parece que estás pasando frío. ¿Olvidaste tu abrigo en casa?

—Sí, yo... Salí apurado del departamento de mi madre... —parecía tener dudas de hablar, como si de pronto hubiera olvidado cómo se hacía. —La verdad, Kari... yo no te envié el mensaje, lo hizo mi hermano —admitió avergonzado, aun sin levantar la vista y con las mejillas repentinamente enrojecidas.

—Ah.

1 de Enero | 2ª edición (#DW2020)Where stories live. Discover now