Kari

115 8 0
                                    

—Muchas gracias, Takeru —dijo Hikari cuando llegaron a la puerta del departamento. Como debía cargar varios bolsos y ya estaba anocheciendo, el chico insistió en acompañarla hasta allí.

La castaña abrió la puerta. La casa estaba vacía y con las luces apagadas, y en la nevera encontró una nota de su madre donde explicaba que Taichi había salido con sus amigos y sus padres tenían una cena fuera. ¡Vaya! Al menos podrían haberle avisado antes al celular.

—¿Ocurre algo, Kari? —oyó que le preguntaba el rubio. No se le pasó por alto que era la segunda vez que la llamaba así, pero una vez más se calló; después de todo, no le molestaba que volviera a abreviar su nombre.

—No, no es nada —respondió haciendo una bola la nota —. Es solo que estaré sola hasta tarde. Pero no te preocupes, me quedaré haciendo deberes.

La desilusión se reflejó en el rostro de Takeru, quien se apresuró a poner una excusa y dejar a su amiga tranquila. Pero... en realidad, ella no quería que se marchara. Una vez más, no lo dijo; simplemente dejó que se fuera.

Hubo un instante en que ambos se quedaron mirando a los ojos al otro, inmersos en un profundo silencio de expectación. Hikari pensó que iba a perderse en la inmensidad de aquellos iris celestes, y que no estaba muy preocupada por evitarlo. Pero Takeru dio un paso hacia atrás, ya en la puerta de entrada, y ella notó que una sombra de tristeza surcó su rostro al alejarse. Despidiéndose sin palabras, la esperanza de Hikari se alejó, dejándola en la oscuridad.

Después de cerrar la puerta, sus piernas se aflojaron y se deslizó hasta el suelo lanzando un suspiro de arrepentimiento. 

1 de Enero | 2ª edición (#DW2020)Where stories live. Discover now