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ME ENCONTRABA LIMPIANDO MI MOTO CUANDO DE REPENTE EDWARD APARECIÓ DE LA NADA. Miré extrañada hacia todos lados sin saber de donde había venido.
—¿Has venido convertido en murciélago o que?—Pregunté confusa.
El río entre dientes.
—Voy a llevarte a mi casa mañana—Dijo. Lo miré mientras alzaba una ceja.
—Tu si que vas rápido Cullen—Bromeé.
—Para conocer a mi familia—Dijo mientras negaba divertido.
—¿Creés que les caeré bien?—Pregunté.
—¿Eso es lo que más te preocupa? Estarás en una casa llena de vampiros—
—Creme que lo que menos me preocupa es que seáis vampiros—Diie mientras rodaba los ojos.
—Aún sigo sin entender como es que te lo tomas con tanta tranquilidad— Dijo mientras fruncía el ceño levemente. Abrí la boca para responder pero al ver que miraba hacia la carretera cerré la boca.
—¿Qué pasa?—Pregunté.
—Más complicaciones, mañana vendré a por ti—Contestó.
Miré hacia la carretera viendo como una furgoneta se acercaba.
Jacob y un señor en silla de ruedas, supuse que su padre, bajaron del vehículo.
—¿Jacob?—Pregunté extrañada.
—Hey Venus—Saludó.
—Billy Black, amigo de tu padre—Se presentó el señor.
Frunci el ceño—Nunca me ha hablado de usted—Dije confundida.
—Nos conocimos cuando tu estabas...fuera—Dijo mientras alzaba las cejas.
Asentí entendiendo.
—Entren—Dije mientras comenzaba a caminar.—¡Papa, los Black están aquí!—Grité.
