IX

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Menciono: que él, estaba de vuelta a la ciudad, en la carretera desierta, donde no había persona alguna; conducía lento, a lo lejos en el camino, percibió que algo se movía en la carretera, no podía distinguir bien que era; un ave o un animal salvaje, se fue acercando más y más, paso por el lugar en donde había visto algo, paro el coche y miro por el retrovisor, fue entonces que se percató, que era un cachorro que caminaba lentamente por la carretera, parecía estar perdido, pero eso era imposible, ya que el poblado más cercano estaba a muchísimos kilómetros, la única explicación razonable era que alguien inescrupuloso, que no tenía el mínimo amor por nadie, podía haberlo abandonado en una carretera desierta como aquella, sin nada para comer, ni agua para beber, inhumano aquel que hizo tal aberración, el abuelo fue de retro, lo encontró bajo del coche, quiso acercarse mas Añiño, muy asustado retrocedió; como podía confiar en un humano nuevamente, si un humano lo abandono, tal parecía que a Añiño, los humanos solo le provocaban miedo, el abuelo saco un tazón, donde traía galletas para el camino, le puso agua y se lo dio a Añiño, con señas llamándolo, diciéndole que no le haría daño, que confiara en él, que solo quería ayudarlo, después de varios minutos Añiño se acercó lentamente al tazón, que el abuelo había dejado a un metro de distancia de donde se encontraba, él sentado, Añiño con mucha desconfianza bebió el agua, lento en un principio, después tan rápido como si muriera de sed, el abuelo le ofreció una pieza de tarta que mi madre le había horneado, el cachorro lo comió de inmediato, tal parecía que había estado vagando por días en la carretera, me es imposible imaginar lo que tuvo que vivir, tenía una herida en su pata izquierda, cuando llego a casa aún, se podía vislumbrar la sangre reseca en su pelaje. Él abuelo al traerlo para casa, le reviso la pata y la herida tenia apariencia de seguir abierta, por lo que antes de llegar a casa hizo una parada en el veterinario, le desinfectaron la herida y era preciso hacerle unos puntos y finalmente le vendaron la patita, le suministraron algunos medicamentos, y fue entonces que el abuelo lo trajo para casa, lo nombro Añiño, desde aquel día, Añiño es la compañía incondicional del abuelo, un miembro de la familia.

Dulce VespertinoWhere stories live. Discover now