Algo No está Bien...

323 24 7
                                    

3.

PUNTO DE VISTA DE NARRADOR

Pero aún así, durmió sin darse cuenta de los curiosos ojos oscuros que la miraban por su ventana.

... Sin siquiera miedo o pudor de ser descubierto, ahí estaba, mirando enfermizamente a quién sería su futura obsesión, su futura víctima.

Hasta que amaneció y con mucho descaro, entró a su habitación, luego de que la morena torpemente caminase hacía al baño para acearse.

Esa mañana de sábado, Camila despertó temprano con una fuerte presión en su vientre, por lo cuál decidió ir al baño, como cada mañana.

Estuvo alrededor de quince o díez minutos ahí. La chica somnolienta finalmente decidió restregar su cara con un poco de agua y jabón, lavar sus dientes y limpiar un poco su lindo rostro latino.

Luego de veinte minutos en total, salió de la pequeña habitación de aseo y se dirigió a su dormitorio.

Escuchó un par de ruidos extraños provenientes de ahí, por lo cual algo fatigada exclamó:

- ¡Dios, Sofi! ¡se supone que hoy puedes dormir hasta tarde, deja descansar a tu pobre familia unas horas más! - dijo en un tono algo alto para que pudiese escuchar. Sin embargo, le respondió alguien. Y no precisamente su hermana Sofía o el intruso que habitaba ahí sin ella darse cuenta.

- ¡Karla! - gritó su padre desde la cocina. - ¡Buenos Días, mi amor! ¡Ven acá!

Camila, cual niña chiquita corrió a los brazos de Alejandro, su padre.

- ¡Papi!... - gritó con felicidad en los brazos del hombre.

Más tarde llegó su madre a la mesa junto a ellos, a la cual Camila saludó con amor y felicidad, como siempre lo hacía.

Luego de un rato de charlas animadas, bajó la pequeña Cabello de la familia.

- ¡Así te quería ver, pequeña! - exclamó Camila señalando a Sofía, quién bajaba con un osito entre sus brazos y rascaba sus ojos con sueño y flojera.

Con dos bostezos adorables, la hermana le respondió:

- ¿¡Qué te pasa, Kaki!? - decía mientras iba caminando hacia los brazos de su madre y se acurrucaba en ellos, todavía rascando su rostro.

- ¿Cómo que qué? - decía Mila mientras tomaba algo de café. - estabas en mi habitación hace unos minutos, ¡te escuché!..

Entre otro bostezo y mimos, respondió:

- Ay no, Kaki. Yo no andaba por ahí... - sonrió adormilada - quizás era algún zorrillo o quién sabe... No me eches la culpa siempre, tonta. - finalizó cerrando sus ojos en los brazos de mamá y fingiendo dormir.

- Sobre eso... - intervino Alejandro, pendiente de aquella conversación. Levantó un periódico al frente de ambas niñas. - ...Me he estado informando, y veo que desde hace algún tiempo los asesinatos y robos han aumentado en estos vecindarios. - habló serio.

- Si crees que pudo haber sido algún animal quién estuvo merodeando, debemos tomar precauciones, si entra un zorrillo puede entrar alguna persona...- el padre hablaba preocupado. - Sofi, vístete, acompaña a papá a comprar provisiones y buenas cerraduras para la casa.

- No quero... Tengo sueño. - respondió como bebé la niña de diez años, cerrando sus ojos.

- Te compro algo...- sonrió el amoroso padre a su pequeña hija.

ECLIPSE: La Historia de un Amor Perdido [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora