Capítulo 8: Un día menos al que te conocí

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Daniel se sentía agradecido con Valeria por ser tan insistente y paciente

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Daniel se sentía agradecido con Valeria por ser tan insistente y paciente. Ella, la única que calmaba ese ego e inseguridades de él. Contemplarla cada mañana lo animaba a seguir con sus sueños. Y no, no es que la chica haya pintado su mundo de rosa, pero Valeria fue un pilar que luchaba ante cualquier problema. Sin ella, Daniel se volvía un hombre irritante y callado.

A cambio de su amor, él la cuidaba como una amiga y compañera de vida... Y el motivo de sus pasos e impulsos.

Pero ahora, Daniel tenía excusas para alejarse más del mundo. Su madre lo vigilaba cada noche por el miedo a que él se sumergiera en el dolor y pesadillas. Lo único que ella podía hacer es acariciarlo y calmarlo, pero en el fondo sabía que nadie podría apaciguar ese dolor desgarrador.

Y durante esas noches, Daniel se repetía las mismas preguntas que Hanna se hacía:

« ¿Qué es perder a un ser querido?» « ¿Nuestro amor se suspenderá en el infinito del corazón o se volverá un recuerdo?».

Las últimas palabras que expuso la chica en el auditorio le daban vueltas. Hanna consiguió plantarle un miedo en el corazón; el de olvidar a Valeria y cambiarla por alguien más.

Daniel se maldecía una y otra vez y se preguntaba si estuvo bien escucharla. Y cuando la vio sentada en la banqueta, se asustó, porque allí estaba, para recordarle que algún día se olvidaría de su amor.

Hanna le recordaba la ausencia de Valeria. La invocaba con sólo su presencia.

Daniel odiaba el último recuerdo que tenía de ella con vida.

Quería tranquilizar su mente y sentir todo como antes, mucho antes que ella. No quería culparla de su dolor. Tan sólo quería volver a los días donde su mente estaba en paz y donde Valeria no alteraba sus emociones.

Y ahora... Hanna alteraba sus ideas y recuerdos.

Hola, dime mi amorWhere stories live. Discover now