東京 ㅤ▹ㅤ ﹙ 𝑓.﹚ യ
⸝ᡃ່࡚ࠢ࠘⸝່ࠡࠣ᠊߯᠆ࠣ࠘ᡁࠣ࠘᠊᠊ࠢ࠘᠊᠊ࠢ Dicen que el corazón es
la puerta más difícil de
abrir pero la más fácil de
cerrar; Park Jimin, luego
de una lesión grave en su
...
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Ese día Jimin se había levantado con muchos más ánimos, quería cumplir su meta.
Pero tenía miedo.
Miedo de ser abandonado de nuevo.
Sabía con certeza lo que conllevaría arriesgarse y estaba más que dispuesto.
Ese era el punto ¿No es así?
....
La brisa del aire fresco revoloteaba por toda la ciudad haciendo sentir aliviadas a la mayoría de personas, sin excepción alguna.
Jimin se encontraba en el patio a voluntad propia. Y eso si que era un milagro.
Se había levantado con una sonrisa de oreja a oreja, tal vez por eso algunas personas sonreían más.
O simplemente estaba de buenas sin razón aparente, bueno eso quería creer el.
Estaba con los ojos completamente cerrados, disfrutando del como la brisa revoloteaba sus cabellos jugando con ellos.
Le agradaba aquella sensación.
Y al parecer el destino le tenía preparado algo un poco "especial".
Jungkook se había retrasado un poco en comprarle algo especial a su menor.
Pero cuando llegó noto que todo era perfecto. Paz y tranquilidad.
Lo que se le hizo un poco raro dadas las circunstancias.
Pero bueno eso no es lo importante aquí.
Jungkook pregunto por Jimin y lo extraño era que le había dicho donde se encontraba.
¿En el patio?
Eso era nuevo.
Omitiendo las veces que el tuvo que batallar para que el menor pudiese salir y ayudase a su "forma" de la felicidad ㅡcomo el le decíaㅡ
ㅡAlguien amaneció muy de buenas hoy~ㅡ canturreo Jungkook provocando que Jimin diera un pequeño grito a causa del susto que le había dado.
Al verlo solo rodó los ojos fastidiado.
Simplemente no lo podía evitar.
Era una costumbre.
ㅡAl fin llegas Jeonㅡdijo Jimin y Jeon se desplomó en el pasto cerca de Jimin.
El mencionado lo vio confundido y con una mirada curiosa ante el mayor. Eso era un raro comportamiento sin duda alguna.
ㅡ¿Que pasa? ¿tengo algo en la cara?ㅡ Dice confundido y Jeon no contesto, solo se sentó en forma de mariposa para después tomar su bolso de cuero y sacar el pequeño regalo que le había comprado minutos antes.
El regalo consistía en una pequeña caja con envoltura color celeste y un moño verde menta. Al abrirlo sus ojos brillaron con ese peculiar resplandor que solo aquellos orbes tenían y finalmente lo saco de dónde yacía.
