❀Epílogo❀

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5 años después

Erick termina de arreglar la corbata de su pronto esposo, riendo cuando el mayor juega con su cabello y lo distrae.

—¿No es de mala suerte que me veas antes de casarnos?

Joel niega, sujetando su cintura y besando sus labios de manera lenta, demostrando lo mucho que lo quiere. Hace que retroceda un poco hasta dejarlo apoyado sobre la mesa, tomándolo por los muslos y alzando su cuerpo para sentarlo.

—No pienses en eso, amor —murmura—. Pasamos una prueba difícil hace varios años, la vida ya no es cruel con nosotros.

Erick aferra sus manos al saco de Joel, ladeando la cabeza cuando el rizado comienza a besar su cuello y sus dedos desbaratan la corbata, rozando los botones en cada toque.

—Joey, la ceremonia —jadea bajo, cerrando los ojos mientras disfruta del momento.

—Te necesito tanto, bebé —masculla en un gruñido, mordiendo sus clavículas poco resaltantes, sacando su lengua y lamiendo todo lo que encuentra a su paso—. Estas semanas sin ti fueron una tortura, verte desde lejos y no poder hacerte el amor.

Erick asiente dándole la razón.

Desde que anunciaron su compromiso cada persona cercana a ellos estuvo atormentándolos hasta con lo más mínimo. A penas podían verse, incluso dejaron de dormir juntos. Joel por temas de trabajo y Erick porque estaba ensimismado en los preparativos, esperando que todo salga como lo planean.

Las manos de Erick viajan hasta el cinturón del mayor, quitándolo con rapidez mientras devora con ansias su boca. Con sus dedos acaricia el erecto miembro de su novio, obteniendo algunos gruñidos de su parte.

Ninguno se percata de la puerta que está siendo abierta, hasta que un agudo grito los devuelve a la realidad.

—¡Joel, vete al jardín! —chilla Oriana.

El moreno rueda los ojos divertido, cubriendo con su cuerpo a Erick mientras arregla su camisa y él su pantalón. Ambos tragan de aguantar las carcajadas al notar que la muchacha está a punto de tener una crisis.

—No es para tanto —habla Yoandri, restando importancia al comentario exagerado de su amiga, viendo su reflejo en el gran espejo que hay en el cuarto.

—¡Claro que sí! ¡Es de mala suerte!

Erick niega, bajándose de la mesa con ayuda de Joel. Besa cortamente sus labios y palmea su pecho.

—Debes ir primero —susurra.

—Prometimos hacerlo juntos.

Oriana se interpone en la pareja al escucharlo, separando al menor del rizado.

—De ninguna manera, Joel. Erick va a entrar después, así fue en el ensayo.

Pimentel resopla para calmarse, asintiendo brevemente para después marcharse, no sin antes sujeta la nuca de su novio y besar con ternura su boca.

—¡Te amo! —grita desde el pasillo, siendo acompañado por Iván y Yoandri.

Erick suelta una risita baja, suspirando por lo enamorado que se encuentra.

***

—¿Señor Pimentel?

El mayor aparta la mirada de su esposo, poniendo atención al sacerdote y teniendo un leve rubor en las mejillas porque se perdió en los bonitos ojos Erick.

—Lo siento, continúe.

Siente la manito del menor acariciar la suya, sonriendo en su dirección y haciendo que su corazón baile de alegría.

Deja de escuchar las palabras del hombre, imaginando la nueva vida que tendrá al lado de él, cumpliendo el sueño que tanto quiso desde pequeño.

Casarse con la persona que más ama.

—Puede besar a su esposo.

Ni bien termina de oírlo, sujeta la cintura de Erick con una mano, mientras con la otra lo coge por el cuello para acercarlo a su rostro.

—Te amo.

—Te amo, mi amor.

Los dedos de Erick se enredan en su cabello cuando sus labios se tocan, besándose con ternura, sonriendo al escuchar los gritos de alegría por parte de cada invitado.

Colón dobla sus piernas cuando lo empuja leve hacia atrás, sujetándose con fuerza de sus hombros para no caer y continuar acariciando su lengua con la propia.

—Nunca te soltaré —murmura Joel, devolviendo la estabilidad a su cuerpo—, te voy a proteger con mi vida si es necesario.

—Lo sé —susurra sin dejar de sonreír.

Caminan por el pasillo entre carcajadas, sintiendo los pétalos de rosa caer sobre sus cabezas y sus cuerpos.

Decidieron hacer la boda en el patio de su nuevo hogar que tienen desde hace un par de meses, alzan ambos brazos en señal de victoria por cumplir uno de sus sueños desde que empezaron su relación.

Sabiendo que ese altercado solamente los unió y los volvió las fuertes, porque no fue el fin, más bien tuvieron un nuevo comienzo.

Los miembros de la familia se encuentran tomándose un par de fotografías al igual que sus amigos, así que con sigilo sujeta la mano de su esposo y pide que lo acompañe.

—Perdón —murmura mordiendo su labio para no reírse, llevándolo hasta el borde la piscina.

—¿Er?

—¡Te amo!

Todos voltean al escuchar el grito de Joel, mirándolo sorprendido al haber caído en el agua y arruinado su traje de boda.

Fue una promesa hacerlo sí llegaba ese día.

Se apresura en salir, yendo hacia Erick que se encuentra llorando de risa y protegiéndose detrás de su papá.

—¡Joel, no! —chilla mientras patalea, golpeando sus hombros y sus brazos para que lo baje.

Es época de verano, así que decidieron escoger esa fecha para la boda.

—¡No!

Su grito es apagado cuando ambos se introducen en la piscina, golpeando a su esposo sin ejercer mucha fuerza.

Joel lo atrae por la cintura, besando sus labios, acariciándolo por encima de la tela y esperando que sienta cuán acelerado está su corazón por tenerlo así, tan feliz y libre.

Erick no puede pensar en otro futuro que no sea uno con Joel. Ese hombre lo es todo para él, como una especie de ángel guardián porque siempre estuvo ahí, cuidándolo cuando quería tirar todo a la basura y dejarlo solo.

—Te amo tanto.

Yoandri tira un par de pétalos a la piscina, viendo divertido como Oriana está por arrancarse los cabellos.

Christopher llega sosteniendo a la pequeña Beatriz, ocasionando que Joel ayude a Erick para ir hacia su hija, la bebé que con dificultad pudieron adoptar hace unas semanas.

Sin duda alguna es la familia que siempre pensaron tener.

Ya no hay miedo.

Solo amor, felicidad, libertad.

***

Espero que les haya gustado esta historia.

Muchos besos y gracias por leer.

Olvidar || JoerickWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu