Capítulo Cinco: Cuando las cosas no cuadran.

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Otoya no estaba feliz.

Definitivamente no lo estaba.

¿Y cómo iba a estarlo después de lo que acababa de descubrir?

—Tranquilo, Otoya-Kun —Natsuki le dio a su compañero enfadado unas palmadas en el hombro—. ¿Quieres que prepare unas galletas para que te animes?

—¡¿Acaso quieres matarlo?! —Gritó Syo ante la oferta del más alto del grupo.

—Otoya... —Tokiya suspiró— Es solo un fanfic, tú y yo ni siquiera somos pareja de verdad.

—¡Eso no es excusa para serme infiel! —El pelirrojo apuntó a su compañero aún molesto— ¡Solo me descuido dos meses y medio y ya estas besandote con Eiji!

—¡Él me besó a mí! —Tokiya se dio cuenta de las miradas que recibió— Bueno, no a mi, quiero decir... ¡En ese fanfic raro!

—Habia entendido eso —Confesó Ren—. Pero aún así fue muy interesante escuchar dicha declaración de tu boca.

—Parece que el fanfic que lees subió de intensidad —Opinó Masato llamando la atención del pelirrojo.

—¡Si, lo hizo! —Aplaudió— No solo fue el beso inesperado, también se reveló algo interesante.

—No pregunten... —Pidió Tokiya.

—¿Qué es eso interesante que se reveló, Otoya? —Cecil pasó del peliazul.

—¡Fue algo más o menos asi!

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—Esta empeorando la situación...

—No necesitas decirme lo que ya se, Ren.

Ambos amigos de la infancia se miraron antes de soltar un fuerte suspiro.

El menor entre los dos caminó hacia debajo de un árbol y dejó caer su cuerpo contra este. Definitivamente, su pequeña manada estaba teniendo problemas por culpa de los malditos chupasangre.

—... ¿Qué es lo que están buscando en nuestro territorio? —Preguntó mirando hacia las estrellas.

—... Expandirse, probablemente —Opinó Ren—. Ya no tienen tanto espacio debajo de la tierra.

—Y por eso quieren deshacerse de nosotros...

—... Te ves muy abrumado, Icchi.

—Es natural —Afirmó el peliazul—. La manada esta en peligro y mi herma... Eh, Hi-Hijirikawa-San esta bajo mucha presión por ser el futuro alfa.

—... ¿Qué es lo que ibas a decir?

—Olvida eso.

—... Llamaste a Hijirikawa tu...

—¡He dicho que lo olvides! —Tokiya alzó la voz— Fue un error, no pretendía decir eso...

—... Icchi... —Suspiró— Te conozco demasiado bien, sé perfectamente cuando me eres honesto y cuando no...

El peliazul tronó los labios con molestia. Realmente decía la verdad al decir que fue un error, ya que el estrés que sentía en ese momento le había nublado un poco el pensamiento y terminó hablando por hablar, sin tapujos... Y por accidente había revelado un gran secreto a alguien extremadamente perceptivo que, tal como él decía, lo conocía desde niño y a la perfección.

[UtaPri] Lo que guarda una sonrisa.Where stories live. Discover now