Asesinatos en Terraburgo [SdS 1] EN EDICIÓN

Capitulo 4 " La verdad sale a la luz"

Triana gritó, pero tomó el arco y le dió un golpe con la punta de éste. Luego, con un ágil movimiento le clavó la flecha en uno de los ojos de la criatura, haciendo que chillara de dolor.

Isac soltó la lámpara que llevaba en la mano y aprovechó el momento para cortar el cuello de su oponente, y con la otra mano sacó una estaca; con ella le atravesó el pecho. Ya cuando el vampiro cayó rendido el chico metió la mano en su pecho y le sacó el corazón.

Pasaron unos segundos y Triana lo miró sorprendida.

—Wow, si que eres bueno —abrió los ojos con asombro.

— No has visto nada —soltó una carcajada.

Triana rodó los ojos, pero notó una sombra detrás de un árbol.

— ¿Qué es eso? —inquirió ella.

Isac miró hacia donde ella lo hacía.

— No creo que se trate de un unicornio...

Triana lo miró con extrañeza, pero antes de decir algo se escuchó una corrida.

De repente, la muchacha sintió unas pisadas detrás de ella, que al darse vuelta se encontró con una figura encapuchada.

Ella pegó un grito, pero por instinto su puño fue a parar a la cara del sujeto.

— ¡Detrás tuyo! —exclamó ella al ver como un ente se le acercaba a Isac.

Triana no pudo seguir observando la situación ya qué el sujeto, qué había golpeado, se reincorporó y fue hacia ella.

La joven tomó una flecha de su caraj y con rapidez colocó la flecha en el arco, para luego disparar.

La flecha se clavó en el pecho de su oponente, haciéndolo gritar pero éste salió huyendo de la pelea.

Ella no se ha dado cuenta de que Isac ya había matado al vampiro, el cuál estaba en el suelo.

Isac se agachó hacia el ente y le quitó la capucha.

— No lo conozco —dijo mirándo a Triana—, pero segúro se trata de un clan nuevo.

Triana se acomodó su capa ya que se notaba su guata.

—Solo espero que no haya otro —temió Triana.

— No me digas que tienes miedo —carcajeo Isac con una sonrisa burlona.

Triana lo miró con desagrado.

— Tú serás el que teme —respondió con astucia.

El muchacho soltó una risa.

— Sí, claro —replicó con ironía.

— ¿Por qué eres así de insoportable? —inquirió Triana acomodándose la capa.

Isac enmarcó las cejas.

— ¿Y tú por qué eres así de terca?

Triana lo miró con asombro.

— ¿Disculpa? —estaba harta de él y sus actitudes.

Isac la miró divertido, pero antes de decir algo, Arthur Bradley se hizo presente; Triana ni se inmutó que estaba hasta que habló.

— Con que otro ataque —dijo—. ¿Se encuentran bien?

Triana asintió.

— ¿Cómo no estarlo? Tú sabes que me especializo en peleas.

Arthur rodó los ojos.

— Es insoportable —murmuró hacia Triana, a lo que su hijo iba a contestar pero Nicolas apareció.

— No he encontrado nada dentro del radio —dijo con cansancio—. Nos llevaremos este cuerpo a la morgue.

...

Triana al contarle a Charlotte que su padre había fallecido cayó en una etapa depresiva. Cuando se lo dijo, ella no paraba de llorar. Triana la calmaba cuando tenía pesadillas, le traía la comida a su habitación pero la mayoría de las veces no comía casi nada, por lo que cada vez estaba más delgada.

Para su entierro la chica la ayudó a bañarse, ya que no lo hacía hace dos semanas y el olor que emanaba era asqueroso.

Al terminar de arreglarla le puso un sombrero con un tul negro para que se desimulara los surcos violáceos que tenía bajo sus ojos.

— Ya estás lista, cariño —le dio Triana mirando a su amiga, en verdad estaba destrozada—. Vamos.

Le tomó su abrazo y lo entrelazo con el de ella. Salieron de la habitación y se encontraron con Fréderick.

— Las quise acompañar —dijo  Fréderick con una sonrisa—. Solo espero no ser desubicado.

El corazón de Triana comenzó a a latir. Ella empezaba a sentir que cosas por Fréderick, y no lo podía evitar.

— No lo haces —respondió Triana ya que Charlotte no podía ni hablar—. Es un lindo gesto. Gracias.

Los tres jóvenes se dirigieron hacia el pequeño cementerio que tenían cerca de la casa Mayor.

Allí se encontraban todos los habitantes de Terraburgo. El padre de Charlotte era el alcalde del pueblo y nadie podía faltar.

Todos comenzaron a dar el pésame a la Charlotte. Como ella no tenia hermanos estaba sola, pero tenía a su madre que al enterarse del suceso viajo lo más rápido posible desde Colorado. Ellas ya se habían visto. Al verla llegar le dio un abrazo y Charlotte se quebró y comenzó a llorar desconsoladamente.

La ceremonia estaba por empezar, todos se hallaban sentados. Triana se puso al lado de su amiga y a la izquierda de la chica estába su madre.

Triana vio el ataud, estaba cerrado. Eso generó sospecha pero no se pondría a  discutirlo ya que sería demasiado descortés.

—Hermanos y hermanas —comenzó el pastor—. Nos encontramos hoy por una causa noble. Hoy, William Rogers, irá al cielo en paz y—lo que menos hacía Traían era escuchar la ceremonia ya que ella estaba totalmente enfocada en calmar a su amiga.

—¿Quieres que te traiga agua? —le dijo Triana con aspecto preocupado ya que tenia la sensación de que en cualquier momento Charlotte podría romperse.

— Sí... —susurró en un hilo de voz—. Por favor.

La muchacha se paró de su silla y se dirigió a la casa.

Al llegar se encontró perdida, no se acostumbraba a tantos pasillos y puertas.

Al fin Triana pudo encontrar la puerta de la cocina, pero esta no estaba vacia. Dentro se escuchábamos voces de hombres, y al poner el oído en la puerta la joven confirmó su supuesto. Eran Isac y Fréderick. Estaban peleando.
—¿pero por qué diablos pelean tanto?—se preguntó.

— Si alguien se entera de que aquí hay vampiros deberemos marcharnos antes de que la verdad salga a la luz. Nuestra familia ha sido demasiada cuidadosa como para que tu la mandes a la mierda —era Fréderick, que en verdad estaba enojado.

— ¡Pero si aquí son todos unos idiotas!—exclamó Isac iracundo—. Además el ataud esta cerrado.

—Si tú no sigues una dieta eres un peligro para este pueblo.

— Pero sabes muy bien lo que ese infeliz nos hizo —gritó Isac quitandole importancia a lo que dijo su hermano—Fréderick, ese hombre mató a madre. Y así es como se paga.

— Ella no era como nosotros.

— ¡Pero la asesino! Y así se paga. Y si me matan por eso será por una buena causa.