Capitulo 20 "Todo terminó"

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Los chicos la miraron con espanto y terror. La muchacha se quedó donde se encontraba, y Isac fue el primero en hablar; Fréderick estaba en completo shock, las palabras no salían de su boca.

- Triana -dijo el chico, acercándose a ella. El hermoso rostro de la muchacha estaba siendo reemplazado por uno que daba pavor-. ¿Qué te ha sucedido? Te...convirtieron. ¿Cómo es que pasó? -Isac soltaba balbuceos entre palabras.

- William lo ha hecho-contestó ella. En su voz se podía notar un tono de burla-. Fue algo muy repentino a decir verdad. Además ya tengo asuntos pendientes.

- ¿Como que asuntos pendientes? -Esta vez fue Fréderick quien habló-. ¿Que diablos te hizo ése hijo de perra? -El chico subió un poco el tono de voz. El cólera se estába apoderando de él.

- Me abrió los ojos -dijo Triana.

- ¿Qué? -preguntó extrañado Isac-. ¿Como que te abrió los ojos?

- Como has oído -aclaró ella. Comenzó a acercarse al chico, lentamente-. Todo el pueblo me tenía pena por la muerte de mis padres. Creen que una chica no puede gobernar un pueblo. Además, ahora que soy la presidenta, eliminaré a todos los humanos, y así lo sobrenatural ganará.

- Triana -señaló Fréderick con la mano en alto, dando a entender que parara con lo que estába diciendo-. William te está manipulando. Te tiene hipnotizada. Por favor, ven con nosotros.

-Mientes -dijo ella. La chica ya se encontraba a una distancia considerable para hablar más cerca-. El es el padre que nunca tuve. Se preocupa por mí, y me cuida.

- ¡Dejo a su propia hija tirada en la calle! -exclamó enojado Frederick-. No creas no te hará lo mismo a tí. Eres su marioneta. No dejes qu -El jóven fue interrumpido por Triana, la cuál tenía una pequeña estaca escondida en su vestido.

- Cariño. William me ha abierto los ojos, en todos los sentidos -Ella se acercó a Frederick-. Espero verte algún día en el infierno.

Y así, sin importar el amor que le tenía y todo lo que habían pasado, clavó su estaca en el corazón de su prometido.

Frederick gritó del dolor. El muchacho la observó; no podía creer en lo que se había convertido su amada. Isac la miró con ira, pero antes de que pudiera hacer algo, Triana fue hacia él y le saltó ensima, mordiendole el cuello.

Frederick que se hallaba en el suelo, aprovecho que Triana estába distraída y como pudo se arrancó la estaca, que a los segundos la herida se cerró.

El muchacho tomó su daga y se la clavó en la espalda de la chica, haciendo qué gritara del dolor. Isac estába con el cuello totalmente destrozado, pero cuándo se recompuso tomó los brazos de Triana y los amarró con una soga.

- ¡Jóvenes! -llamó una voz conocida.

Los presentes dejaron de pelear y se dieron la vuelta. William se encontraba allí, con una pistola en su mano.

- Los muchachos que pelean por una chica -Rió sarcástico, rodando los ojos-. Seré breve -Él espero unos momentos para hablar. Suspiro y dijo:-Unámonos, seamos quiénes maten a los humanos, y reine lo sobrenatural.

- ¿Que propuesta es esa? -inquirió Isac.

- No asesinaremos personas. Jamás. -añadió Fréderick.

- Es una propuesta... Les daré otra oportunidad antes de arrancarles la cabeza -dijo el hombre-. Reinemos Terraburgo, y acabemos con los humanos.

- ¡No! -exclamó Isac.

- Quise ser bueno, pero veo que deberé acabar con sus vidas...

- No te tenemos miedo -contestó Frederick-. Fuimos tres contra todos tus "soldados" -Hizo comillas.

- ¡William! -exclamó Isac de repente. El hombre dirigió su mirada a él-. ¡Hasta nunca! -y con una bomba de agua verbena hizo que William explotara. Los hermanos se quedaron viendo cómo todo su cuerpo era desfigurado y destrozado. Luego de unos momentos, Isac miró a Frederick, el cual miraba a Triana.

- ¿Triana? -La chica estába aturdida por tal estruendo, pero al escuchar que Frederick dijo su nombre lo miró. Como respuesta la chica soltó un mar de lágrimas.

Isac miraba la situación y Frederick consolaba mientras ella lloraba. Su hermano no podía ver como su amada era consolada por alguien que era él.

- ¡Lo siento! -Sollozo la muchacha-. ¡Soy una basura! Casi te mato. Además maté muchas personas y eran inocentes.

- Tria -Fréderick le tomó el rostro delicadamente, y la miró a los ojos-. Aunque estuvo mal el haberlo hecho, no eres culpable de tus actos. Estabas hipnotizada -y la besó.

El corazón de Isac se rompió, parte por parte, sintiendo como todo su mundo se le venía abajo. Sólo quería dejar de verla como si fuera la maravilla que el mundo jamás había visto.

Esa era la razón por la cual jamás se había vuelto a enamorar. Era algo estúpido, ya que en tantas décadas de su vida no se había sentido así; excepto por Josephine. Cada vez que escuchaba o pronunciaba su nombre sentía como le resonaba en su cabeza. Tal y cómo un eco en la montaña.

- Chicos -llamó Charlotte, pero ver al Triana, lágrimas emanaron de sus ojos-. ¡Tria!

Las dos se abrazaron, entre lágrimas y sollozos. Ellas se quedaron así por un largo rato.

- Vamos -dijo Fréderick-. Salgamos de aquí.

Los jóvenes salieron de la habitación, y vieron aquél escenario que ellos habían creado.

Lo observaron con gloria, ya que todo había terminado. Tristemente algunos de los que habían peleado en contra de William, yacían en el suelo, sin extremidades y dos sin cabeza.

Los chicos les cerraron los ojos a todos los que habían ayudado en la pelea. Ellos prepararon todo para quemar la evidencia por si acaso.

Los presentes al ver a la chica dieron gracias al cielo, y sus más allegados la abrazaban.

- ¡Ya es hora! -gritó un señor con encendedor en mano. Todos salieron rápidamente del lugar, y al estar fuera el hombre tiró el fuego a la casa, haciendo que todo explotara.

...

Era de noche y Frederick se hallaba en su habitación. Estába ordenando, ya que con tanto revuelo de la boda estaba todo hecho un desastre.

Ropa tirada, zapatos por todos lados, libros en el piso, y muchos papeles. El chico estába tendiendo su cama, y con desgano hizo lo mismo con la de Isac. Una hoja cayó al sacudir la almohada. Sabía que no debía leerla, era algo privado, pero le ganó la curiosidad y la tomó. El papel estaba doblado en dos, por lo qué lo desdobló y leyó:

Hoy te vi,
Con tu largo manto rubio,
Y tus luceros verdes.
Una sonrisa que deja embobado a cualquier persona,
Y un carisma que te hace desear estar contigo.

Ahora me encuentro aquí,
Escribiendo sobre la joven que robó el corazón,
La muchacha que me hace soltar una sonrisa,
Y la chica de la cual revivió mi alma podrida.

Desde la muerte de mi finada esposa, jamás se me habría pasado por la cabeza amar nuevamente.
Tú haces que mi corazón vuelva a latir,
Tú generas en mi cosas inexplicables.
Y aunque yo me muestre frío y sin expresiónes,
Tú me completas y me complementas.

Aunque estes prohibida,
mi corazón no deja de sentir cosas por ti.
Te quiero en mis brazos,
Y que seas mía,
Pero mi hermano sigue en medio,
Y no quiero hacerle daño.
Sería cruel hacerle eso.
Pero yo te amo Triana Feraud,
Y jamás dejaré de hacerlo.

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Asesinatos en Terraburgo  [SdS 1] EN EDICIÓN Where stories live. Discover now