Asesinatos en Terraburgo [SdS 1] EN EDICIÓN

Capitulo 14 "Problemas"

Ya había pasado un mes imedio desde que Frederick había llegado a Transilvania y ya tenía reclutados varios vampiros para la pelea que se avecinaba.

Habían botellas de brandy y whisky sobre la mesa de noche, ropa tirada en el suelo; y en la cama se encontraba Charlotte, y no llevaba ropa, al igual que él.

La noche anterior decidieron traer unas botellas de alcohol para pasar el rato, pero se les fue de control.

— Brindemos por la victoria que estaremos por gozar —alzó la copa Frederick. La botella de brandy estaba llegando a su fin y ya les había subido el alcohol a la cabeza.

—¡Yo brindo por mi padre, para que se pudra en el infierno!—rio ella. Luego se arrepintió, pero lo dicho, dicho estaba.

Los jóvenes estaban cada vez más ebrios y todo se estaba yendo por la borda.

Charlotte que se encontraba bailando sobre la cama y cayó, rápidamente Frederick la atrapó.

El muchacho la miró, y comenzó a admirarla. Su cabello castaño estaba atado en un moño improvisado, sus ojos marrones se mezclaban con sus largas pestañas. Su nariz y el arco de cupido hacían juego con sus finas cejas. Pero luego desvío la mirada más abajo, sus labios, eran rojos carmesí. No se pudo resistir y la beso.

Esto impactó a Charlotte, pero igualmente no le importó. El beso que antes era sutil, empezó a transformarse en uno más rápido y desesperado.

Charlotte le quitó rápidamente la camisa , y él se sacó los pantalones.

A velocidad vampírica le sacó el corset, luego la enagua y como último la camisola.

Le beso el cuello, haciendo que Charlotte soltara un gemido y a la vez ella lo pegó más hacia su cuerpo.

— ¿Y que sucede con Triana? —preguntó ella aún besándolo.

—Luego veremos —respondió Fréderick, sin darle importancia.

Y todo lo que sucedió después, quedó para la historia.

— Charlotte—llamó Frederick. Él ya estaba vestido ya que lo qué había sucedido le daba vergüenza—. Charlotte, debemos irnos, el barco zarpa en unas horas.

La muchacha se despertó, pero no podía siquiera mirarlo, había traiciónado a su mejor amiga y eso jamás se lo perdonaría. Pero lo hecho, hecho estaba, y no se podía volver atrás.

— Frederick —llamó con voz vacilante—. Esto no se lo dirás a, Triana, ¿verdad?

El chico negó con la cabeza. Eso jamás en su larga vida se contaría.

— Claro que no —contestó él—. Esto solo fue un descuido, nos pasamos de copas. Pero —se mordió el labio— si Triana se enterará de esto nos odiara para siempre.

Los chicos comenzaron a juntar todo el desastre que habían dejado. Pero Frederick tenía algo que quería salir, algo no lo tenía tranquilo y eso debía contarlo.

— Debo confesarte algo —comenzó a decir. Lo que estaba a punto de contar era algo fuerte—. Tú... comenzaste a atraerme desde que llegué al pueblo.

La cara de Charlotte era de asombro, ahora sí lo veía a los ojos.

>>— Jamás pensé que pasaría algo. Ahora que estuvimos juntos varias semanas, creo que siento cosas por ti, pero estoy destrozado por Triana. Aunque lo he disfrutado, esto no está bien.