9. Maldición

3.7K 515 223
                                    

No sé cómo mi corazón se da el lujo de continuar latiendo cuando apenas puedo respirar debido a la vergüenza. Si Seokjin dijo que piensa que soy bonita lo más probable es que sea cierto, pues si supuestamente tiene autismo no sabe cómo mentir, ¿verdad? Además, ¿por qué Taehyung dejó de comer y lo miró de esa forma? No quería hacerme ilusiones con el castaño con todas las suposiciones que mi madre y Yoongi habían hecho hace un rato y ahora, con toda esta escena.

— ¡Por supuesto que mi hija es bonita! Me parece extraño que ninguno de ustedes se haya enamorado de ella aún, teniendo tan buena genética —mi padre rompe el silencio, pero a la vez deseo que no lo hubiese hecho... Infla su pecho de manera exagerada dejando notar lo orgulloso que está de su apariencia y la situación no puede ser más incómoda.

—Señor —irrumpe Yoongi —Hyojin es bonita, pero es tan pesada que sólo puedo verla como mi hermana pequeña.

—Que bueno —responde mi padre —Porque tenerte a ti como yerno sería un dolor de cabeza.

—Oh, me ofende demasiado, señor Moon —reclama Yoongi. Debería reír por esta pequeña disputa entre mi padre y mi mejor amigo, pero no me sale.

Veo de reojo a Taehyung que sigue sin comer e ignorando por completo las palabras de mi padre y el pálido junto a mí, con su lengua reposando con enfado en su mejilla y sin quitar su vista de un despreocupado Seokjin, que continúa su comida sumamente hambriento.

—Mañana juega Corea contra Japón —Jungkook rompe el silencio con un tema que sólo mi padre, él y Jimin pueden hablar —Será un partido amistoso.

--¿En serio? —pregunta mi padre —Puedes comprar cervezas y lo vemos todos juntos.

—Se me quitó el apetito... —interrumpo arrastrando la silla hacia atrás para levantarme, llamando la atención del castaño junto a mí.

—¿Dónde crees que vas, jovencita? —dice mi madre señalándome con sus palillos —Siéntate.

No tengo más opción que volver a sentarme, pues mi madre cuando se enoja es bastante intimidante, a pesar de su personalidad siempre amorosa y cariñosa con todos en casa. Tal vez por eso cuando se enojaba era más aterradora...

Terminamos de comer y me ofrezco a lavar los platos, Taehyung me sigue al rato para ayudarme y me sorprende por detrás con la intención de asustarme. Lo logra con éxito y mi rostro vuelve a un color carmesí que comienzo a odiar con más frecuencia. Le paso los platos que ya he lavado para que los enjuague y me sonríe de manera tierna con sus orbes brillantes y hermosos.

Quiero morirme.

Morirme para visitarlo y verlos cuando yo quiera, al igual que sus labios y su hermoso lunar de la nariz. Verlo sin volverme roja y que no se dé cuenta. Sí, Kim Taehyung me gusta y me trae loca... ¡Ya, lo confieso!

Terminamos de lavar, me quito el delantal y los guantes y le sonrío de manera tímida y nerviosa, escapando de esa situación hasta mi habitación y sintiendo sus pasos tras de mí. Cuando llego a mi cuarto con la intención de cerrar la puerta y enterrar mi cara en la almohada para gritar, Tae me toma de la muñeca con suavidad y detiene mis intenciones.

—Jin~ah... ¿Podemos hablar?

—¿Q-Qué ocurre? —miro su mano rodeando mi muñeca y adivinen, rostro rojo otra vez. Tengo miedo de que se quede así por siempre...

Entra a mi habitación y cierra la puerta tras él. Joder, joder, joder.

—Necesito hablar contigo de algo importante —dice jugando con sus dedos y pasando su lengua por sus labios para humectarlos de manera nerviosa.

—E-Está bien... —joder, jamás dejaré de tartamudear frente a él. Trago en seco y con dificultad y me siento en el borde de la cama esperando a que él haga lo mismo. Lo hace, acortando la distancia entre nosotros y creo que me desmayaré antes de poder escucharlo —¿E-Es porque golpeé tu nariz? No fue con intención, T-Taehyung...

Lo escucho reírse con ternura y niega con su cabeza, agitando su cabello castaño de manera suave y en cámara lenta ante mis ojos, los suyos se hacen más pequeños y puedo ver en primer plano su sonrisa cuadrada y hermosa.

Dios mío, estoy ante la existencia de un ser celestial que presenciará en unos minutos mi deceso. Espero poder llegar al cielo, aunque en el infierno tal vez la pase mejor... Pero no podría ver a mi abuelita, aunque tal vez esa señora de mal carácter esté bailando en el infierno.

—De seguro ya lo has notado, pues he sido algo obvio con mis actitudes últimamente... —no puede ser, no puede ser... Estoy soñando... ¡Que nadie me despierte jamás! —Pero no sólo te encuentro bonita, Jini... Eres graciosa, espontánea y tierna... Quisiera... Quisiera poder decirte muchas cosas más que llevo guardadas dentro... Pero por ahora... —se está acercando, se está acercando... Peligro, peligro, voy a morir, ¡voy a morir! —Quisiera... —ya tiene una mano en tu mejilla, Hyojin, concéntrate, cierra los ojos, déjate llevar y no mueras hasta que te haya besado —Poder decirte que me gustas mucho y... —solo un centímetro más y mis sueños se harán realidad. Resiste, eres una guerrera, también puedes acercarte, pero no respires tan fuerte o le llega todo a la cara, ¡estúpida! Besarte... Si me lo permites... —su voz ahora es un susurro que choca contra mis labios, tiene los ojos cerrados y desea esto tanto como yo.

—Moon Hyojin —¡Noooooooooooo! —¿Puedes ayudarme con algo? —¡te odio, maldito Kim Seokjin!

¿¡Qué no sabe lo que es tocar antes de entrar!? ¡Por supuesto que no! Taehyung se aleja de mí de manera rápida, al igual que mis sueños y mi felicidad... Pone sus manos en sus piernas, las mira y juega con ellas otra vez, apretando sus labios igual de avergonzado que yo.

—¿C-Con qué? —no seas pesada, no es su culpa, no sabe lo que hace, recordó mi mente con una molesta vocecita, pero ¡maldición! ¡Kim Taehyung estuvo a punto de besarme! ¡El mismísimo Kim Taehyung!

—Quiero pedir algo por Internet pero no sé cómo hacerlo.

¿NO PODÍA MOLESTAR A ALGUIEN MÁS? ¿¡POR QUÉ A MÍ, SEÑOR!? ¿¡POR QUÉ!?

—Bueno, volveré a mi habitación... —Tae se levanta y sale disparado a su cuarto, dejándome con el corazón hecho un nudo y la garganta retorcida, a punto de llorar y asesinar al pelimorado frente a mí.

—Me las pagarás, Seokjin —murmuro.

—¿Cómo dices? —pregunta sin entender, con la mano aún en el pomo de la puerta y con su computadora en la otra.

—Nada. Entra.

Todo se derrumbó dentro de mí, dentro de mí...

*****

❂ ᑭᕼOᙖOS ❂ ¦¦  Kιm SᥱokjιᥒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora