P S Y C H O.

P R Ó L O G O.

—¡Dime lo que vayas a decir, Min Yoongi tenemos un paciente casi a punto de morir!— la voz del enfermero salía nerviosa, el paciente en camilla seguía teniendo un ataque y el doctor solo llo miraba mordiendo su hermoso labio.

—Te amo y quiero que estemos juntos toda la vida- y las mejillas del enfermero se colorearon, y aunque pensó que podía tirarse a los brazos de su mayor y besarlo para decirle que también quería eso, sería después de salvar a ese paciente.

—Hablemos una vez tengas a éste paciente estabilizado. 

Su voz era calmada y Yoongi sonrió, subió arriba del paciente y Jimin lo empujó llamando a sus compañeros para auxiliarle y conducir la camilla dentro del hospital.

『↣』

—Pudiste esperar a que acabara nuestro turno paara que me dijeras ésto, no casi matar a un paciente— el gruñido de Jimin a los ojos de Yoongi era la cosa más tierna, aunque tenía razón.

—Era ese el momento indicado.

—Lo era— susurró el de vestimenta azul tomando de su frappé. 

—¿Entonces aceptas ser mi novio, a quién amaré el resto de mi vida y jamás traicionaré?

Las mejillas del joven por segunda vez en el día y asintió, él también le quería, demasiado a decir verdad.

Para Jimin siempre fue hermosa su relación con Yoongi, exponiendo sus miedos a las infidelidades después de cinco relaciones donde habían terminado a causa de ellas. Y Jimin siempre respetó el hecho  de que Yoongi amaba su privacidad, incluso después de tres años de noviazgo seguían viviendo en diferentes departamentos, durmiendo de vez en cuando (cuando podían) en casa del otro. Sin embargo hay algo que alerta a Jimin, el cambio drásticos en sus horarios, el que Yoongi le ignore cuando hay personas a su alrededor, y aunque no quería tenía miedo. Miedo a que su sexta relación también fallase. 

Pero había otra parte de él que le decía confía. Confía en el hombre que amamos y nos ama.

¿Cómo podía dudar de Jimin? Sí, lo amaba. Su corazón latía cada vez que sus miradas se encontraba, sentía su pecho cálido al verlo y abrazarlo y realmente quería tomarlo y encerrarlo en una burbuja para que nadie pudiera hacerle daño, quería ser el único al que Jimin viera. Era egoísta. Porque él quería ser el único ante los ojos del enfermero, pero no quería ser el único para él. Le gustaba jugar a las escondidas con aquella joven. 

Le gustaba la adrenalina que sentía al ser descubierto por su novio en brazos de otra, le gustaba como la joven se callaba los gritos de placer para no ser descubiertos, y le gustaba que la joven estuviera enamorada de él, aunque él seguía amando a su novio. Pero alguien que ama a otra persona es capaz de traicionar así. ¿En qué momento cambió su concepto de amor? ¿No le había dicho a Jimin que jamás lo engañaría?

—¿Cómo puedes hacerle ésto a tu novio?— preguntó la joven en el momento que lamía su miembro—. Hace nada besaste a tu novio.

—La pregunta aquí es: ¿Cómo puedes hacerle ésto a tu primo? ¿No te sientes mal de acostarte con su novio?— la joven rió.

—No.