E P Í L O G O.

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Diez años después.

C

ómo había deseado Yeonjun, después de tres años donde Jimin perdonó a Yoongi, volvieron a hacer la familia feliz que eran años atrás.

Jimin amaba despertar con pequeños detalles de su pareja a él, y aunque había sido difícil perdonar aquella traición, él seguía amando a Yoongi, tanto que simplemente no podía dejarlo. Lisa había amenazado a Yoongi jurando que la vida de su niño era lo más importante, al igual Jungkook, y el pequeño aprendíz Jaemin también.

Rose de alguna manera había terminado más que loca, perdiendo la razón, sus padres no tuvieron opción que dejarla en un centro de rehabilitación especial.

—¡Papá!— Yeonjun era un joven estudiante que pronto pasaría a la universidad de medicina.

—Precioso, ve y cambia tu ropa, Yoon dice que llega en unos minutos e iremos a comer.

—¿Qué comeremos?— preguntó subiendo las escaleras de su casa.

Jimin guardó silencio, reprimiendo una risa, su hijo era sin duda muy inteligente, pero era muy tonto con las fechas.
Cuando su esposo llegó, éste le besó los labios y acarició sus cabellos castaños:— ¿Está listo?— asintió.

Poco después bajó el menor abrazando a sus dos padres:— ¡Vámonos!— exclamó emocionado.

Llegaron a un pequeño restaurante, dentro estaban sus tíos y abuelitas con regalos, abrió los ojos, ¿Acaso alguno de sus papás cumplía años?

—¡Feliz cumpleaños Yeonjun!— abrió más sus ojos, ¿Era su cumpleaños?

Agradeció después de mirar la fecha y rió tímido.

Bueno, la escuela lo tenía mal.

『↣』

—¡La paciente 0095 ha escapado!— las alarmas del lugar sonaron por todos lados del hospital. Varios oficiales entraron al hospital y otros guardaron sus posiciones en busca del paciente prófugo.

—¿Quién es el paciente?— un doctor preguntó corriendo junto a varios enfermeros.

—Park ChaeYoung, hace unos días se le escuchó decir que mataría a una persona, el doctor Jung pidió más sedantes para tenerla controlada.

—Cierren las puertas, vayan al centro de control y vean las cámaras. Revisen jardines y demás habitaciones.

El hospital era un caos. Y ChaeYoung no aparecía.

Con sus manos llenas de sangre carcajeó haciendo eco por las paredes del callejón:— Doctora Monoban, todo fue su culpa, debe morir

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Con sus manos llenas de sangre carcajeó haciendo eco por las paredes del callejón:— Doctora Monoban, todo fue su culpa, debe morir. Aunque la muerte es mucho para usted— Lisa miró a la culpable de su herida en el abdomen—. Pero me ocuparé primero de mi primo y regresaré por ti, aaah. Sería muy bonito que los dos mueran al mismo tiempo, ¿No crees?

P S Y C H O.Where stories live. Discover now