Capítulo 7

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Seguí a Marinette toda la tarde, incluso tuve que cancelar con Kagami por esto.
Debía vigilar todo su trayecto hasta asegurarme que Tikki le había explicado todo.
Ahora estaba justo en una casa frente a la suya, levantando mi bastón al aire y volviéndolo a atrapar.
Ya se había hecho de noche y aún estaba encendida la luz de su habitación.

Bueno, creo que tal vez la subestime un poco, todo parecía estar en control.

Un grito a lo lejos hizo que lamentara mis palabras, siempre me buscaba estás cosas ¿Verdad?

Sobresaltado me gire a ver la casa de Marinette y ahí la vi.

Una joven chica con traje rojo y puntos negros estaba gritando aterrorizada en su balcón.

-¡¿Qué es esto?!- gritaba mientras intentaba arrancarse el traje con sus manos. Su Yo-yo se activo de alguna forma y cayó al piso soltando su interminable cuerda.

Marinette intentaba desesperada volver a guardalo pero solo ocasionaba que esa cuerda se liberará más y más, creando una especie de telaraña en todo el lugar.

Cerré mis ojos con fastidio y cansancio.

Está chica va a hacer que la descubran.

Mis pensamientos se interrumpieron cuando ella tropezó y cayó por el balcón, salté de inmediato hacia ella cuando vi que no hacía nada.

En un segundo la tome entre mis brazos y la subí al lugar más cercano que había. Un gran edificio verde que estaba cerca a su casa.

La coloqué sobre sus pies y con desesperación se alejó de mí, dejándome en ese barandal.
Yo solo la mire en silencio, esperando que ella hablará primero.
Al verme se sorprendió un poco pero creo que no tardó mucho en darse cuenta que había una relación con todo esto.

-¿Qué es esto?- me hablaba con voz temblorosa, podía ver en su mirada el miedo que sentía.
Marinette estaba aterrada con este poder y era comprensible, la lanzaron al mundo sin nada más que unos aretes y una esperanza de que entendiera todo a su alrededor.

Ella era solo una joven temerosa, tímida e insegura, mala idea para una heroína.

Pero tenía que hacerlo funcionar al menos hasta que el maestro Fu sé de cuenta de su terrible idea y me haga cambiar de compañero.

-Escuchame, debes tranquilizarte- baje de un salto hacia el piso y con paso lento caminé hacia ella.
Solo me miraba atenta, rodeándose con sus brazos. Coloqué una de mis manos en su brazo y la acerque a mí liberándola de su agarre.

-Sé que esto parece ser atemorizante pero si confías en mí te explicare todo- ella parecía estar sopesando las posibilidades lentamente-confía en mí.

Le ofrecí mi mano y la mire directamente a los ojos, Chloe había dicho que ella era una especie de fan de Chat Noir así que supongo que podría usar eso a mí favor.

Parece que funcionaba, ella me tomo de la mano y yo la guíe hacia el barandal, subiendo al mismo tiempo a los barrotes.

Bajamos la vista para ver las calles de París, estábamos en un gran edificio que debía tener al menos siete pisos, la luna nos iluminaba y hacia que se vieran las luces de los automóviles como grandes faros.
El viento chocaba en nuestro rostro y podía sentir como ella temblaba.

-Debemos saltar- le dije mientras la miraba, aterrorizada se giró a verme- así aprenderás a usarlo, no te preocupes estoy contigo.

Ella asintió con temor y me tomo aún más fuerte de la mano, solo esperando a mi señal.

-A la cuenta de tres 1... 2...3 - saltamos al vacío, tomados de la mano. Adoraba está sensación, el frío aire chocando en mi rostro, me hacía sentir vivo.
Extendí el bastón justo cuando faltaba pocos metros para el suelo y con este nos elevamos, sin soltarla en ningún momento.
Estando arriba de nuevo observé a lo lejos un faro de luz, perfecto para columpiarse.

-Allá, utiliza tu Yo-yo para llegar hasta allá- ella se giró a verme confundida después de ver la altura sin embargo tomo el Yo-yo que estaba en su cintura y con un rápido movimiento lo sujetó.

Sorprendida y con una gran sonrisa que me contagio, se balanceó hacia el tejado más próximo.
Cuando caímos en el, me miró con alegría.

-¡Lo hice! ¡No puedo creer que lo hice!

-Ahora debemos llegar allá- apunte hacia la torre Eiffel de París, era la prueba máxima para que ella tomara confianza.

-Pero...

-¡Hey! Aquí estaré, si algo pasa yo te sostengo-ella asintió un poco insegura pero aun así me siguió.
Decidí tomar el camino largo para que le costará aún más trabajo.

Marinette parecía disfrutar más en cada paso que daba, su cantarína risa se escuchaba a lo lejos.

No pude evitarlo, reí junto a ella recordando mi primer día con el Miraculous.
Subimos por cada peldaño hasta llegar al nivel más alto de la torre.

-¡Eso fue asombroso!- gritó Marinette a mi espalda-¡Yo hice eso! ¡Yo lo hice! .... ¡Esto es una broma!

-Eso es solo una pequeña muestra de lo que puedes hacer- me cruce de brazos esperando que pasará su emoción, ella solo estaba saltando de emoción-pero todo tiene una razón.

Marinette se detuvo de inmediato al ver mi seriedad, escuchando hablar atentamente.

-Eso que tienes puesto es un Miraculous, son joyas que nos otorgan poderes inimaginables.

-¿Cómo tú? ¿Así eres un superhéroe?-tocaba con sus pequeños dedos sus aretes.

-No soy un superhéroe, así decidieron llamarme. Soy un guardián del Miraculous así como tú eres uno ahora.

-¿Yo? ¿Yo soy un "guardián"?- podía notar que intentaba controlar su pánico pero estaba apuntó de fallar - y-yo... Yo solo soy una chica de París, n-no puedo hacerlo...

-Yo era igual que tú, solo un chico de París-intente relajarla un poco antes de que se asustara de nuevo-pero ahora te necesito, ahora la ciudad te necesita ¿Lo entiendes?

Marinette respiraba agitadamente por segundos hasta que se detuvo y se acercó hacia mí.

-¿Entonces tú me elegiste?

-Existe un guardián, protege a todos los Miraculous y él es nuestro líder sin embargo solo se mantendrá en contacto conmigo.

-¿Y yo no podré hablar con él?

-Te diré lo necesario, entre menos sepas mejor-me aleje hacia una de las esquinas, era momento de partir-tu kwami te explicará mejor sobre todo esto. Te llamaré cuando te necesite.

Sin dejar que me contestará me aleje del lugar, ella ya sabía cómo utilizar su poder así que dudo que tenga problemas para regresar.
Era extraño tener un compañero y tal vez no fue la mejor de las bienvenidas pero vamos, la salve de entrar en una crisis de ansiedad.

Eso lo hace un buen compañero.

We'll Meet Again (Chat Blanc p.3)Where stories live. Discover now