•MI NOMBRE ES RÍO•

Parte 38: La playa y mi furia

POV FRANCESCO

La playa y mi furia... el día miércoles iríamos a la playa y así fue, surfearíamos con Matteo y Río, eso planificó él, trataría de conversar con ella esa noche en la fogata que haríamos, intentaría saber de "Dalí" nuevamente, ella soltaba todo, no retiene mucha información y solo bastaba con preguntar algunos puntos y ella diría todo sobre "Dalí", pero yo era "Dalí"... y ese día las cosas no funcionaron como las habíamos planeado. Río recibió una llamada, su hermana se perdió en un desfile de máscaras y apenas se despidió, partiendo a buscarla.

Como si eso no fuese suficiente, esa misma tarde Piero, el ex novio de Río llegaba a la playa, robándonos todas las olas, a tal punto que Matteo violentamente se sumergió en el agua que lo arrastró varios metros. Y lo que colmó el vaso fue la declaración de Daniella, la mejor amiga de Río me contaba que al parecer Piero había abusado sexualmente de ella una noche que salieron de fiesta, ella había encontrado en una parte alejada de la playa, por un grito de Río que suplicaba que la soltara, Río estaba ebria, con mayor razón sentía como la ira comenzaba a crecer al mirar como Piero se movía por la playa, el resto de lo que decía no lo pude escuchar, me nublé por la rabia, la ira que sentía al ver como Piero se acercaba a Matteo.

Hace mucho tiempo que no me metía en problemas, y no golpeaba a nadie, probablemente desde que tenía unos dieciocho años, o un poco más, quizás veinte. Ya no actuaba impulsivamente, intentaba controlarme, respirar hondo y contar hasta diez cuando algo me irritaba, especialmente cuando las niñas nacieron, sentí que toda ira contenida se había desvanecido. Yo no le gritaba a las niñas, tampoco les hablaba duro, jamás les levanté la mano, no era ese Francesco de hace unos años que a la pequeña incitación respondía con golpes y violencia.

Pero esa vez no pude contenerme, ver a Piero como si nada después de lo que Daniella había dicho, siempre me cayó mal, y ahora que sabía lo de Río, no me aguante.

- ¡A la mierda! - susurré para mí mismo cuando Matteo le pasaba el encendedor a Piero, me acerqué a él lamiendo mis labios lentamente, sintiendo toda la adrenalina recorrer mis venas.

Mi forma de ataque siempre era igual, un simple golpe de cabeza por la frente lo haría caer directamente al suelo y así fue. - ¡Hijo de puta! - le grité y Piero cayó a la arena.

Sentía que todo a mi alrededor se movía rápidamente, el sonido de las olas se sentía más intenso cuando él cayó al suelo y me tiré encima de su pecho para golpearlo, una, dos, tres, cuatro golpes en su rostro hasta que comenzó a sangrar su nariz, su labio que lo partí en el segundo golpe.

- ¡Paco! ¡Francesco! Matteo has algo - gritaba Gee acercándose, lo miré por un segundo pero ya había comenzado y no me detendría.

Matteo intentó detenerme pero era inútil, yo ya estaba sobre ese bastardo liberando toda mi frustración, toda mi rabia por lo que había dicho Daniella, que él había abusado de Río, pero me ensañaba por motivos personales, la frustración de no poder decirle a Río que yo era "Dalí", por tenerla tan cerca pero tan lejos, por ser el idiota que era en ese momento descargando toda mi rabia en él, rompiendo la nariz de Piero.

Mis nudillos chocaban contra su rostro totalmente ensangrentado, y aunque él no me había golpeado, sentía ese sabor metálico en mi boca que me recordaba cada pelea anterior, mi ritmo cardiaco se calmaba de a poco pero mis manos seguían ejerciendo fuerza contra su rostro, ya lo había golpeado bastante, lo suficiente como para sentirme levemente liberado de esa rabia y frustración.

Gee se acercó y con la ayuda de Matteo me separó de él, tomándome de los brazos y arrastrándome por la arena -Cálmate, cálmate, Paco mírame, cálmate- vociferaba Gee abrazándome por la cintura para que no me acercara a Piero.