Parte 71: ¿No es bastante obvio?

4K 441 87
                                    

Matteo siempre reclamaba por todo, esta vez con la frente bañada en sudor me observaba un poco irritado, no tenía mucho ánimo de lo que hacía. Siempre fue un poco perezoso y notaba que Gee hacía la mayoría de las cosas por él. — ¿Por qué Río está descansando cuando nosotros hacemos todo? — preguntaba él.

El día jueves finalmente me mudaría oficialmente con Francesco y tenía un gran equipo que me ayudaba, y por cansancio me quedaba sentada en un sillón que aún no sacaban los de la mudanza.

— ¿Porque está embarazada? No debe levantar objetos pesados... No te quejes y ayuda a embalar todo— respondía Gee guardando vajilla en una caja.

— Me cansé, y tu refrigerador no tiene nada— se sentaba a mi lado y estiraba sus piernas en la mesa de centro.

— ¿Río, esto te lo quedas o lo botamos? — Dany entraba con una gran lámpara que jamás usaba, la tenía en la habitación donde guardaba casa cosa que no usaba.

— Creo que se va a la basura.

Había decidido botar todo lo que no fuese necesario a la basura, aunque extrañaría muchas cosas y llegaría a una casa que tenía todo listo, con Francesco habíamos pensado comprar nueva vajilla, para sentir que yo contribuía de alguna forma a mi nueva casa, también redecoraríamos nuestra habitación.

En una hora el camión de mudanza se llevaba todo, Dany con Gee nos acompañaban a casa, lo más probable es que se quedarían a cenar con nosotros.

— Déjame ver eso— decía tomando mi mano — ¡Lo veo nuevamente y me encanta!

Solté una risita al ver como observaba de cerca mi anillo, no me lo había quitado desde que Francesco me propuso matrimonio.

— ¡Di algo Río! Te quedas ahí callada como si esto fuese muy normal, no todos los días te proponen matrimonio...

— Sí, sí, lo siento, uhm ¿estoy emocionada?

— Con ese ánimo... — soltó una risita y miró en dirección a las niñas que jugaban con los perros.

— Es que hubo un accidente—apreté mis labios nerviosamente, sabía que ella se reiría.

— ¿Un accidente? — fruncía el ceño sin comprender nada

Suspiré hondo e intenté no reírme mientras contaba lo que había pasado. Francesco preparaba la cena y Gee a su lado le conversaba entretenidamente, lo miré de reojo esperando que no escuchara porque no quería que se sintiera mal después de lo que había pasado con el "incidente del anillo"

— Francesco dejó el anillo en una copa, y la copa tenía muy poca agua, era como un cuarto de copa... y yo tenía sed, y cuando hicimos el brindis, tomé la copa y...

— ¿No me digas que hiciste ese show de meterte toda la copa a la boca? — abría sus ojos de par en par.

— ¡No! ¿Cómo se te ocurre?

Achicaba sus ojos y en sus labios se formaba una línea recta— Porque te conozco...

— ¡Pero no en ese momento! En fin, me atoré con el anillo, lo tenía en la garganta, lo sentía y Francesco entró en pánico, un hombre de la nada llegó a ayudarme, me hizo la maniobra Heimlich y el anillo salió volando por el aire, tuvimos que ir a urgencias, me hicieron un ultrasonido, todo estaba bien, sólo fue el susto, ya sabes... tenía eso atorado pero aún podía respirar.

El rostro horrorizado de Daniela procesaba lentamente cada palabra que salía de mi boca.

— Yo le di esa idea... — musitó sin soltar su mirada de mis ojos

•MI NOMBRE ES RÍO•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora